La pandemia COVID-19 ha tenido repercusiones en la salud principalmente, así como también en el ámbito financiero, laboral, social y en la salud mental al contribuir en un aumento de sintomatología depresiva, ansiosa y de estrés según la Organización Mundial de la Salud.
La población ubicada entre los 25 y 34 años, en transición hacia la vida adulta se ve afectada por la toma de decisiones y por asumir roles y tareas para las cuales aún no se sienten preparados (Wright y Smith, 2013) lo que puede generar una crisis de vida conocida como la crisis del cuarto de siglo (Robbins y Wilner, 2001). Esto sumado a los retos de la pandemia permite enfocar el trabajo en dicha población.
La psicología positiva representa una oportunidad para abordar estas crisis, así como cultivar herramientas y estrategias que les permitan afrontar las crisis y dificultades que se presentan sin menoscabar su salud mental.
Se plantea como objetivo general la implementación de una intervención en psicología positiva que permita aumentar los niveles de propósito de vida de los participantes, así como mejorar sus niveles de bienestar en su día a día.
Se propone un programa de intervención de 8 semanas con contenido teórico, práctico y con acciones a implementar en el día a día de los participantes. Se espera encontrar diferencias significativas entre la medida inicial y final de la escala PIL y que los participantes implementen herramientas y técnicas del programa en su vida para obtener beneficios a largo plazo.
El presente estudio representa una oportunidad de contribuir a la salud mental de una población que no ha sido protagonista en los últimos años. A futuro, una intervención como la desarrollada puede ser evaluada frente a otros constructos como bienestar e incluso ser abordada con un enfoque longitudinal.
Andrea Naomi Zafra Tanaka