En el post anterior, pudimos ver los diferentes tratamientos que existían para los pacientes con Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad y cómo el tratamiento farmacológico ayuda a reducir los síntomas del TDAH y que a su vez, también potencian el efecto de las intervenciones psicológicas y psicopedagógicas.
Aún así, existen ciertos temas acerca de los tratamientos farmacológicos para el TDAH en niños y adolescentes que vale la pena tratar.
¿Existen fármacos para tratar TDAH en España?
En estos momentos disponemos en nuestro país de dos grupos de medicamentos indicados para el tratamiento del TDAH en niños y adolescentes, los estimulantes (metilfenidato) y los no estimulantes (atomoxetina).
Disponemos de varias presentaciones de metilfenidato en función de la forma de liberación del fármaco:
- Liberación inmediata: la duración del efecto es de unas 4 horas por lo que deben administrarse 2-3 dosis repartidas a lo largo del día para tratar de forma adecuada al paciente.
- Liberación prolongada: consisten en una mezcla de metilfenidato de liberación inmediata y de liberación prolongada en una sola dosis diaria.
La diferencia entre uno y otro es la cantidad de fármaco de acción inmediata y prolongada, y el mecanismo de liberación empleado; todo ello comporta una duración del efecto distinto, unas 12 horas para el metilfenidato de liberación prolongada con tecnología osmótica y unas 8 horas para el metilfenidato de liberación prolongada con tecnología pellets.
En otros países de nuestro entorno existen otras presentaciones disponibles de fármacos estimulantes: por ejemplo, presentación en parches, asociación de sales de estimulantes, de momento, no disponibles en España.
¿Qué fármaco para tratar TDAH elegir?
El tratamiento farmacológico debe ser prescrito y controlado por un médico con experiencia en el TDAH y de sus posibles efectos secundarios. El tratamiento debe ser individualizado, es decir, adaptado a las necesidades de cada paciente. La elección de un fármaco u otro dependerá de:
- Enfermedades comórbidas, especialmente, tics, epilepsia, ansiedad, …
- Efectos adversos del fármaco.
- Hábitos tóxicos por parte del adolescente.
- Experiencias anteriores de falta de eficacia con un determinado fármaco.
- Preferencias del niño/adolescente y su familia.
- Facilidad de administración.
¿Se debe realizar pruebas antes de iniciar el tratamiento con fármacos?
No es necesaria la realización de ninguna prueba complementaria (análisis de sangre, electrocardiograma,…) salvo que la historia y/o la exploración del paciente aconsejen lo contrario. Por ejemplo, en pacientes con antecedentes de problemas cardíacos será necesario realizar un estudio cardiológico antes de iniciar el tratamiento.
En el control del tratamiento es conveniente registrar el peso, la talla, el pulso y la presión arterial de forma periódica.
¿Cómo se inicia el tratamiento farmacológico?
Una vez elegido el fármaco para tratar el TDAH, se empieza con dosis bajas y se incrementará la dosis cada 1 o 3 semanas en función de la respuesta del paciente y de la aparición de efectos secundarios. El médico será el responsable de evaluar la eficacia y la tolerabilidad del fármaco mediante visitas periódicas, mucho más frecuentes al inicio del tratamiento y más distanciadas en el tiempo (cada 3-6 meses) tras ajustar la dosis del fármaco de forma adecuada.
Aunque el tratamiento con fármacos de TDAH es individualizado, las pautas generales para cada fármaco son:
- Metilfenidato de liberación inmediata, en 2-3 dosis al día.
- Metilfenidato de liberación prolongada, una dosis por la mañana.
- Atomoxetina, se recomienda administrar en dosis única por la mañana. Si existen problemas de tolerancia, administrar por la noche o repartir la dosis entre la mañana y la noche.
En algunas ocasiones, si la mejoría no es suficiente o existen otros trastornos asociados, será necesario aumentar la dosis hasta la máxima recomendada o combinar distintos tipos de fármacos.
Efectos secundarios en tratamiento con fármacos de TDAH
Ocurren, fundamentalmente, al inicio del tratamiento, son poco frecuentes, de escasa intensidad, transitorios y de poca gravedad. En muy raros casos, obligan a suspender el tratamiento. Es importante poder consultar con el médico responsable del tratamiento cualquier efecto adverso antes de suspender la administración del fármaco.
Los efectos secundarios más frecuentes de los estimulantes (metilfenidato) son: pérdida de peso y de apetito, sobre todo al inicio del tratamiento; dificultad para conciliar el sueño (insomnio de conciliación); cefalea y, de forma mucho más infrecuente, tics e inquietud.
Los efectos secundarios más frecuentes de los no estimulantes (atomoxetina) son: pérdida de peso y de apetito, sobre todo al inicio del tratamiento; somnolencia; síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, nauseas o vómitos; mareos y cansancio. De forma muy infrecuente, puede aparecer ictericia (la piel toma un color amarillo debido al aumento de la bilirrubina), reflejo de un daño hepático que obliga a la supresión del tratamiento.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento farmacológico de TDAH?
La duración del tratamiento debe plantearse de forma individualizada en función de la persistencia de los síntomas y de la repercusión de éstos en la vida del niño o del adolescente.
Para los pacientes que estén tomando estimulantes, una práctica aceptada es la realización de períodos cortos, de 1 o 2 semanas anuales, sin tratamiento farmacológico, con el objetivo de poder valorar el funcionamiento del niño o el adolescente tanto en casa como en la escuela. Una de los mejores momentos para realizar esta evaluación sin tratamiento suele ser al comenzar el curso escolar.
¿Se deben hacer pausas de tratamiento farmacológico con estimulantes?
Son las conocidas vacaciones terapéuticas. Aunque los fármacos estimulantes mejoran los síntomas del TDAH y el rendimiento escolar, sus efectos no sólo se manifiestan en la escuela, sino también en casa y en otros ambientes. Por este motivo, en el tratamiento del TDAH en niños y adolescentes, no están recomendados de manera sistemática los períodos de descanso del tratamiento farmacológico («vacaciones terapéuticas»), ya que pueden conllevar un empeoramiento de la sintomatología del paciente.
En cualquier caso, la realización o no de las «vacaciones terapéuticas» será una decisión consensuada entre el médico, la familia y el paciente, con el objetivo de evaluar la necesidad de mantener el tratamiento o no, y reducir los efectos adversos.
¿Produce adicción el tratamiento farmacológico del TDAH?
No existe ninguna evidencia científica que haya demostrado que el tratamiento con estimulantes produzca adicción.
Sí que se ha demostrado claramente que los pacientes con TDAH en tratamiento farmacológico presentan significativamente menos problemas de consumo de drogas en la adolescencia que los pacientes con TDAH que no reciben tratamiento farmacológico.
¿El tratamiento farmacológico para el TDAH produce retraso del crecimiento?
Los estudios disponibles hasta el momento son poco concluyentes. Los últimos datos informan de que la talla final de los niños en tratamiento con estimulantes sería de 1 a 3 cm inferior a lo esperado. El retraso en el crecimiento es mayor en el primer año de tratamiento pero tiende a normalizarse posteriormente.
¿Disminuye la eficacia del tratamiento farmacológico con el tiempo?
El uso correcto de los fármacos indicados para el tratamiento del TDAH en niños y adolescentes administrados de la forma y dosis prescritas no produce tolerancia, no deja de ser eficaz ni es preciso aumentar la dosis, salvo por motivos del crecimiento (incremento de la talla y el peso). Existe evidencia científica de que el tratamiento es efectivo a largo plazo si éste es continuado.