La Terapia narrativa está empezando a tomar fuerza en todo el mundo e ISEP cuenta en su equipo docente con una de las especialistas con más renombre de España.
Ginnette Muñoz es consultora del área clínica de ISEP Formación e-Learning y se inició en este recurso fruto de su experiencia en el mundo del teatro como directora y dramaturga, y de su trabajo como psicóloga infantojuvenil. Recientemente ha hablado en uno de los periódicos más importantes de Catalunya, el Ara, sobre el cuento hecho a medida como recurso educativo de primer orden para resolver situaciones conflictivas con los niños.
¿Qué es la terapia narrativa?
La terapia narrativa nació hace veinte años en Australia. A través del cuento, los niños recrean la vida de las personas identificándose con ellas y viviendo experiencias y situaciones que ayudan a superarse. Crear historias terapéuticas que ayuden a orientar al niño para que resuelva sus conflictos es un nuevo procedimiento para afrontar los problemas adaptado a la funcionalidad de la mente infantil. “El niño está aprendiendo y los adultos ponen límites, pero nos falta enseñar alternativas con un lenguaje que resulte comprensible para ellos, como el del cuento, porque su edad no está preparada para la retórica o el discurso”, apunta Muñoz.
En la actualidad el cuento tiene un carácter de entretenimiento, con princesas y caballeros como protagonistas. Muñoz considera que a estas historias les falta información: “El cuento tiene un valor magnificador porqué te llevas al niño a su terreno, a la vez que creas vínculo y te alejas de los sermones o el castigo”. El cuento personalizado sirve de espejo para que el niño vea que le puede pasar si no cambia una conducta. “Pones los límites a través del cuento”, añade Muñoz en su entrevista.
¿Cómo desarrollar una terapia narrativa?
Para desarrollar la narración se debe tener claro qué se quiere trabajar (agresividad, miedos, etc.) y qué se quiere transmitir. Después es necesario buscar los recursos, acciones reales, que puedan imitar en la resolución del conflicto. El cuento nunca puede ser el resultado de una improvisación y el desenlace es fundamental: “puede haber un final feliz o uno que no sea el deseado, sobre todo en los casos de niños que no toleren la frustración para que entiendan que las cosas no siempre salen como uno quiere”, dice Muñoz.
El protagonista del relato puede ser un héroe o un antihéroe y puede adoptar forma humana o animal. “El primero tiene una cualidades definidas, unos valores que le permiten alcanzar cualquier meta, mientras que el segundo es contradictorio, no es tan valiente ni guapo y, por lo tanto, el niño se puede identificar más con él porqué quizás piensa que es así”, apunta nuestra psicóloga infantojuvenil. Pero en algunos casos puede que los niños no se den cuenta que los protagonistas son ellos. La terapia narrativa se dirige a niños de 2 a 9 años y hasta los 6 o 7 no organizan su pensamiento en estructuras lógicas ni tienen claro el principio de reversibilidad.
Se puede añadir humor o magia, como un hada que dé consejos o un mago que avise de las consecuencias de las acciones del protagonista. El cuento debe reflejar claramente las consecuencias negativas de la actitud o acciones conflictivas del protagonista, pero Muñoz deja claro en el reportaje para Ara que la actitud de los padres es fundamental para enderezar una determinada conducta y añade “si repetimos sin para que nuestro hijo es un miedica siempre lo será”. “La vida se puede reinventar, reconstruir, y el cuento es una herramienta magnífica para que el niño vea los beneficios de no ser tan miedica”.
Principios de la Terapia narrativa
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- Es una aproximación respetuosa, no culpable.
- Separa las personas del problema y las habilita para reconocer sus habilidades.
- Enriquece la mirada sobre su propia historia.
- Define el sentido que queremos dar a su vida.
- Tiene en cuenta los condicionantes externos del sujeto.
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Fuente: Terapia narrativa. Diario Ara. 28 de marzo de 2015. Consulta el artículo completo (en catalán)
