Las neurociencias engloban diferentes disciplinas con un elemento en común que, en resumidas cuentas, coincide en que el ser humano tiene una «máquina compleja» que se llama cerebro compuesta por millones de cuerpos microscópicos a los que denominamos NEURONAS y que forman parte de nuestro sistema nervioso.
Así pues, sabiendo que las neurociencias estudian el funcionamiento del sistema nervioso central del ser humano, diversos estudiosos y científicos han concluido que existe una disciplina de las neurociencias que está relacionada directamente con la gestión integrada del talento humano, el neuromanagement.
¿Qué es el neuromanagement?
El Neuromanagement es la disciplina de las Neurociencias aplicada a la gestión de las organizaciones, la cual estudia los procesos neurobiológicos que afectan a la toma de decisiones, al liderazgo y al desarrollo de competencias individuales y colectivas dentro de una organización, y en consecuencia a la gestión integrada del talento humano de la misma.
En los últimos años, el Neuromanagement ha experimentado un crecimiento exponencial, de manera que ha surgido la necesidad de formar a un nuevo tipo de líder con formación como el Máster en Neuromanagement y Gestión del Talento de ISEP.
Factores neuropsicológicos en la gestión de talento humano de una organización
A la hora de gestionar el talento humano de una organización se deben tener en cuenta 4 factores neuropsicológicos básicos.
Instantes de atención consciente
Primeramente, está la mejora de los denominados “instantes de atención consciente”. En este punto, los investigadores parten de la premisa que el proceso de atención es individual, si bien tienen en cuenta que un directivo puede inducir determinados inputs a sus colaboradores con el fin de mejorar la intensidad y el enfoque de su atención e los mensajes transmitidos.
Neuroplasticidad Autodirigida
Por otro lado, tenemos la denominada “neuroplasticidad autodirigida”. En esta ocasión, los expertos en neuromanagement opinan que un ser humano puede ser capaz, a través de un adecuado entrenamiento mental, de optimizar la “atención consciente”, modificando de forma intencionada sus mapas mentales para obtener mejores resultados de rendimiento. Asimismo, esto conlleva una mayor apertura a nuevas ideas.
Insights
En tercer lugar, tenemos los denominados “insights”, una herramienta que consiste en optimizar de forma consciente el grado de concentración de un individuo con la finalidad de ahuyentar todos aquellos factores internos y externos que puedan interferir en una toma de decisiones, un proceso de comunicación, el ejercicio de un liderazgo efectivo o una adecuada gestión del personal.
Neuronas espejo
Por último, nos encontramos con las neuronas espejo, cuya finalidad es reflejar el comportamiento de otro individuo, de modo que si, por ejemplo, vemos que el colaborador de al lado se ríe a carcajadas, nuestras neuronas espejo se activarán provocando así que inconscientemente, sonriamos, como mínimo.
Sin embargo, las neuronas espejo, pueden considerarse un arma de doble filo ya que el efecto imitativo, puede traernos problemas si no controlamos adecuadamente nuestras propias neuronas.
Herramientas de gestión del talento humano
Las herramientas que se usan para gestionar el talento humano de una organización son muchas y variadas, las cuales van desde el A.D.P.T. (Análisis y Descripción de puestos de trabajo), cuyo objetivo es descomponer un puesto de trabajo en funciones, tareas, perfiles, responsabilidades y otros ítems, con la finalidad de poder adecuar mejor a la persona con el puesto que desempeña; pasando por el Reclutamiento y Selección de personal; la Evaluación del Desempeño y Potencial del trabajador; la planificación de la comunicación interna en las organizaciones; la valoración económica de puestos de trabajo; el adiestramiento; la planificación de la formación e incluso, la acogida del trabajador en la organización.
La importancia de gestionar adecuadamente el talento humano de una organización
Partamos de la siguiente premisa. Una organización se genera, trabaja y se desarrolla mediante la utilización de diferentes recursos como son los materiales (edificios, mobiliarios, materias primas…), los recursos técnicos (sistemas de producción, patentes, marcas, sistemas de ventas…) y por supuesto, los recursos financieros (préstamos, aportaciones de socios, leasings, acciones…).
Sin embargo, el recurso más complejo de administrar es el recurso humano, ya que las personas somos complicadas, volubles y totalmente impredecibles.
Por ello, es de vital importancia que los mandos de cualquier organización tengan en cuenta estos precedentes bajo la premisa de que los recursos humanos son lo más valioso simplemente por la capacidad que tienen los mismos de innovar, gestionar cambios, crear nuevos productos y servicios y, en definitiva, de mantener la actividad tanto financiera como productiva de la organización.
El trabajar dentro de la función de recursos humanos, bien sea como director, responsable o personal involucrado en la gestión del talento, exige el desarrollo de una serie de habilidades que tienen un importante componente psicológico y que obligan a reforzar todas nuestras herramientas de neuromanagement, las cuales nos permitirán controlar de forma más adecuada nuestros impulsos cerebrales y, ante todo, la lucha de la razón contra nuestras emociones.
La importancia de trabajar las habilidades de cada trabajador
Precisamente, es importante trabajar en las habilidades de cada trabajador y sacar el mayor rendimiento del mismo ya que se trata del factor base que garantiza el éxito de cualquier organización.
Si partimos de que toda persona tiene una serie de habilidades que en ocasiones desconoce y, por ende, seguramente serán capaces de aportar ideas que podrían reportar grandes beneficios a la organización en cuestión.
Asimismo, las teorías de la gestión del conocimiento y del neuromanagement propugnan la utilización del potencial humano en beneficio de las organizaciones, optando por estructuras organizativas cada vez más planas, en las que cualquier miembro puede ser capaz de aportar ideas y cualquier miembro de la organización tiene derecho a que esas ideas sean escuchadas, razonadas y puestas en marcha si ello merece la pena.
Para ello, es función del mando directivo el hecho de conocer tanto los puntos fuertes de una persona, como sus puntos débiles, así como olvidarse de tácticas paternalistas, estimular la empatía en el grupo de trabajo, generar ideas y aportar al equipo.
Podemos concluir con la idea de que un sistema de evaluación del potencial del trabajador adecuado, ayuda a sacar en la línea de flotación todas las habilidades que una persona puede aportar a la organización.