A largo del tiempo, la definición de la inteligencia ha ido evolucionando. En 1944 Wechsler comenta que, la inteligencia es la capacidad que tiene el individuo para pensar racionalmente y afrontar situaciones de modo eficiente.
¿Qué es la inteligencia?
Por su parte, Galton menciona que la inteligencia es un proceso cuantificable, variable y hereditaria (Donoso, Villamizar, 2013). De ahí que, actualmente se cuente con pruebas psicométricas, enfocadas a medir y analizar las diferencias en la capacidad cognitiva de las personas.
La curiosidad por conocer cada vez más y mejor cómo funciona el cerebro y cómo se adquieren habilidades cognitivas, ha llevado a que las investigaciones giren mayormente en ese aspecto. Tal vez, por ello, se cree que si se tienen una alta capacidad cognitiva, se puede aprender todo sin esfuerzo.
De esa manera, el estereotipo de los “superdotados” es que son invencibles. La realidad es otra… como ha dicho Gardner (1983) en su teoría, la inteligencia no es un elemento único; y no es solo un proceso cognitivo, sino un conjunto de factores que intervienen en el funcionamiento intelectual, entre ellos el componente emocional y adaptativo.
¿Qué se entiende por Superdotado?
Renzulli (1978), describe a los superdotados como individuos con alta creatividad y capaces de perseverar en una tarea.
Las personas superdotadas suelen ser precoces en una o diversas áreas del desarrollo, esto quiere decir que, suelen caminar, leer o escribir antes de la edad esperada, entre otros aspectos. Fernández (2011) comenta que, un CI con una puntuación igual o mayor a 130 sería catalogado como sobredotación.
No obstante, como ya se ha mencionado la inteligencia no solo engloba un factor, hay otros aspectos a tomar en cuenta. Por ejemplo, la personalidad es un elemento que influencia el periodo evolutivo de cada individuo; y ello impacta en las habilidades cognitivas.
Por otro lado, Salovey y Mayer (1990) hablan de la inteligencia emocional y la describen como la habilidad para valorar, expresar y regular emociones; habilidades que facilitan el pensamiento.
No queda duda de la superioridad cognitiva de las personas superdotadas, sin embargo, sí quedan interrogantes con respecto al ámbito conductual, social y emocional. Como es sabido, cada ser humano es único e irrepetible, eso incluye las habilidades y las áreas de oportunidad. Esa diversidad, ha generado que aún no se haya podido crear un perfil de personalidad general para los individuos con altas capacidades.
Desarrollo habilidades cognitivas y socioemocionales
No obstante, hasta ahora algunas investigaciones demuestran que los individuos superdotados tienen un nivel de tensión alto comparado con una persona con CI dentro de la norma, así como comportamientos desajustados. ¿Esto a qué se debe? La hipótesis es que existe un desequilibrio entre el desarrollo de las habilidades cognitivas y el desarrollo de habilidades socioemocionales.
Por lo tanto, las personas superdotadas tienen más probabilidad de percibir situaciones frustrantes porque su intelecto les permite profundizar en conceptos. Terrasier (1990), menciona que existe un fenómeno llamado síndrome de discronía, el cual habla acerca de un desequilibrio en los diferentes ámbitos del desarrollo.
Algunas investigaciones mencionan, que aquellos con un CI alto pueden presentar dificultades para trabajar en equipo porque tienden a ser perfeccionistas, ya que se exigen demasiado a sí mismos y a los demás. Además, durante el desarrollo infantil, los niños y niñas superdotados se sienten diferentes a sus pares, por lo que se relacionan mejor con su familia y niños (as) mayores.
Las dificultades socioemocionales en los superdotados
Dichas características pueden considerarse como dificultades en el desarrollo socioemocional, ya que se necesita un equilibrio social y emocional para un rendimiento académico exitoso. Por ello, en algunas ocasiones, ciertos alumnos (as) superdotados tienen dificultades académicas.
Esto significa que, a pesar de tener los recursos cognitivos, aún no han desarrollado estrategias y habilidades socioemocionales que les permita un desarrollo integral.
La importancia de la familia y la escuela ante personas superdotadas
Queda decir que, las habilidades cognitivas no son sinónimo de inteligencia; claro que son un factor importante, pero también se deben considerar las otras áreas del desarrollo.
Por ello, la familia y los profesionales de la educación deben buscar y promover un desarrollo integral de cada individuo. Asimismo, es importante observar las necesidades de los alumnos(as) durante la etapa escolar y darles un acompañamiento adecuado según sus capacidades y diferencias individuales.
Finalmente, se sugiere acudir a profesionales en el área para una valoración del CI y de los diversas ámbitos del desarrollo en niños y niñas con sospecha de superdotación.
Recordemos, que ser una persona superdotada, no elimina la probabilidad de presentar otras dificultades durante el desarrollo.