En el post de hoy, Rafael Bueno, alumno del Máster en Psicología Clínica y de la Salud de ISEP, nos habla de la relación existente entre rumiaciones y las experiencias alucinatorias.
La auto conciencia de los pensamientos propios
Como todavía no hay evidencia de una relación específica entre la rumiación y las experiencias alucinatorias, Trapnell y Campbell (1999) argumentaron que la auto conciencia de los pensamientos propios debe dividirse en dos formas distintas, basadas en la motivación de la persona.
Una de las razones por las que la persona presta atención a sus pensamientos se debe a su »motivación por la curiosidad o interés epistémico en sí misma«. Esta forma de auto conciencia se denomina reflexión y se proponen asociarlo con un auto conocimiento adaptativo y de efectos generalmente positivos.
En contraste, el individuo también puede enfocarse en sus propios pensamientos por razones de afectos negativos o de ansiedad. Trapnell y Campbell llamaron a este proceso rumiación, o »atención propia motivada por amenazas percibidas, pérdidas o injusticias hacia uno mismo».
Relación entre rumiación y alucinación
R. Jones y Fernyhough investigaron las relaciones entre rumiación y la tendencia alucinatoria. Hipotetizaron que la rumiación, pero no la reflexión, estaría relacionada con esta tendencia alucinatoria. Propusieron que esta relación podría ocurrir debido a la tendencia de las rumiaciones a causar pensamientos intrusivos.
Morrison, Haddock y Tarrier (1995) propusieron que los pensamientos intrusivos pueden formar la materia prima en las alucinaciones auditivas, y las imágenes intrusivas vincularse con las alucinaciones visuales. Esto ha recibido el apoyo de estudios mostrando que los pacientes con esquizofrenia con alucinaciones auditivas informan de más intrusiones cognitivas que los controles sanos y psiquiátricos (Morrison Baker, 2000).
En una población estudiantil, R. Jones y Fernyhough (2006) también han encontrado una relación entre pensamientos intrusivos y la tendencia alucinatoria. Así como la rumiación aumentaba el número y la intensidad de intrusiones cognitivas (por ej., Guastella Moulds, 2007). Señalar también el interés de Jones y Fernyhough de otra variable relacionada con la rumiación, los pensamientos cognitivos y las alucinaciones, la supresión del pensamiento. Esto es, » la eliminación intencional de un pensamiento como consecuencia previa de un proceso de atención consciente».
Como las rumiaciones, se ha encontrado que la supresión del pensamiento incrementa la intensidad de las memorias intrusivas (Yoshizumi & Murase, 2007). Además, la ansiedad social está asociada a altos niveles de pensamientos rumiativos (Kocovski & Rector, 2007) y un mayor intento de supresión de pensamiento (Magee Zinbarg, 2007).
Un modelo con limitaciones
A partir de los argumentos expuestos arriba, R. Jones y Fernyhough han propuesto un modelo de relaciones entre la tendencia alucinatoria, rumiación, reflexión, pensamientos intrusivos, supresión del pensamiento y ansiedad social.
Sin embargo, el modelo tuvo un escaso ajuste a los datos. Se encontró que la reflexión, contrariamente a su predicción, estaba directamente relacionada a un nivel de propensión alucinatoria. Siendo esto posible, debido al aumento de la tendencia de reflexión de los sujetos para darse cuenta de sus pensamientos, y por lo tanto ser conscientes de la disonancia entre sus creencias metacognitivas y la ocurrencia actual de sus pensamientos.
Cabe destacar que no se pudo establecer una dirección de causación entre las variables bajo investigación, debido quizás, a la posible existencia de un patrón más complejo de relaciones. Por ejemplo, la rumiación y la supresión del pensamiento podrían ser vistas como estrategias desadaptativas para lidiar con los pensamientos intrusivos (en lugar de agentes que actúan en la génesis de los mismos) que trabajan en un feedback circular amplificando los efectos de las intrusiones cognitivas (Ehlers Steil, 1995).
Entre otras limitaciones señaladas por R. Jones y Fernyhough, encontramos el tamaño de la muestra, la ausencia de una variable de creencias metacognitivas importante como son las creencias sobre el peligro o la incontrolabilidad de los pensamientos y finalmente, el fallo de control de los niveles de depresión en los participantes, los cuales están asociados a la rumiación (Spasojevic & Alloy, 2001).
Nuevo modelo de relación entre rumiación y alucinación
Teniendo en cuenta todo lo anterior, proponen un nuevo modelo incluyendo otros factores; los eventos traumáticos y estresantes como posibles claves en la generación del pensamiento rumiativo, las valoraciones de las personas y las respuestas a las intrusiones cognitivas (Morrison, Frame, Larkin, 2003), así como otros factores que pueden estar involucrados en causar cogniciones autogeneradas a sentirlas como ajenas.
Esto puede incluir fallos en las habilidades de monitoreo (Bentall, 1990) y los mecanismos de descarga corolario (Jones Fernyhough, 2006a).
Estos factores en el modelo extendido los denominan ‘Mecanismos de Agencia Interrumpida’. R. Jones y Fernyhough aseguran que, si este modelo pudiera ser validado en estudios futuros, podría orientar las intervenciones con aquellos que sufren de experiencias alucinatorias, o aquellos con alto riesgo para este tipo de experiencias.
En primer lugar, las estrategias que pueden ayudar a reducir la frecuencia de intrusiones cognitivas pueden ser beneficiosas. Una estrategia de este tipo puede ser animar a las personas a expresar abiertamente las experiencias estresantes o traumáticas. Sparrow y Wegner (2006) han encontrado que los pensamientos intrusivos pueden ser desactivados simplemente por expresarlos, esta estrategia podría tener un impacto beneficioso sobre la frecuencia de alucinaciones. Además, las intervenciones que intentan reducir directamente la rumia en y alrededor de eventos traumáticos también puedan ser beneficiosas. Por ejemplo, se ha encontrado que la auto afirmación es efectiva al reducir la rumia en eventos negativos (Koole, Smeets, Van Knippenberg Dijksterhuis, 1999).
Dicho esto, R. Jones y Fernyhough aseguran que se requiere más trabajo para validar el modelo presentado, antes de que se puedan hacer recomendaciones claras sobre las intervenciones cognitivo-conductuales.
Destacar antes de concluir que en un estudio de muestreo de experiencia (ESM para sus siglas en inglés) como el llevado a cabo por Hartley, S., Haddock, G., et al (2014), muestran que la preocupación y la rumiación pueden ser objetivos terapéuticos eficaces en la reducción de la severidad de las experiencias psicóticas y el distrés que estas elicitan. Encontraron que la ansiedad anticipada y la rumiación predecían la experiencia delirante y alucinatoria, así como el distrés posterior experimentado. Mostraron que los vínculos con la severidad del síntoma momentáneo era moderado por los rasgos de creencias sobre preocupación/rumiación de los participantes, hasta el punto de lograr mitigar el síntoma cuando las creencias negativas sobre preocupación/rumiación (meta-cogniciones) eran altas.
Estos resultados pueden ser incorporados en intervenciones psicológicas actuales como el mindfulness o en técnicas de reducción de las preocupaciones. Incluso el empleo de registros (como es la propia técnica de ESM) podría ser aprovechado como estrategia de intervención individual puntual para reducir el impacto de la angustia de la propia experiencia.