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Relaciones interpersonales: una adecuada aplicación del círculo de responsabilidad

Relaciones interpersonales: una adecuada aplicación del círculo de responsabilidad

El círculo de la responsabilidad es uno de los contenidos de frecuente utilización en las sesiones de terapia ante problemáticas de tipo interpersonal. Este ejercicio pretende ser una reflexión sobre hasta qué punto debemos sentir malestar emocional como la culpa, la excesiva preocupación o el dolor cuando vivimos la experiencia de una situación en la que nuestros propios sentimientos o creencias entran en conflicto con la actitud o las acciones de las personas de nuestro entorno.

En este sentido, un esquema gráfico que solemos utilizar en las sesiones permite analizar la necesidad de establecer unos límites más firmes y claros entre aquellos aspectos en los que uno mismo debe implicarse o “responsabilizarse” y cuáles quedan fuera del propio margen de actuación.

¿Cómo saber de qué debemos responsabilizarnos y de qué no?

En cuanto a los primeros, se refieren a aquellas experiencias o situaciones en las que la persona se ve afectada directamente y son más controlables internamente porque dependen de la gestión o respuesta del propio individuo. Los segundos, sin embargo, generan una afectación más indirecta, no dependen tanto de la actuación propia y por tanto son menos controlables. Un claro ejemplo de estos segundos aspectos hace referencia a la conducta y las decisiones que toman los demás.

Circulo de seguridad

Como puede apreciarse en la imagen, existe una evidente línea que separa ambos fenómenos, sin embargo, la aplicación de esta reflexión en la vida real puede resultar más compleja de lo esperado. Esto se debe a diversos factores, entre los cuales destaca el hecho de que estamos unidos por vínculos emocionales más o menos estrechos a las demás personas y, por tanto, tales sentimientos y emociones que experimentamos hacia ellas pueden conducirnos a dificultar el adecuado establecimiento de los límites personales mencionados. Usualmente, los pacientes suelen verbalizar la sencillez de aplicar este ejercicio con personas desconocidas o poco conocidas (un compañero de trabajo, un vecino, etc.) versus la dificultad que entraña utilizar este razonamiento ante personas más cercanas (la pareja, un familiar o una amistad íntima).

Una adecuada aplicación del círculo de la responsabilidad

Considerando lo anteriormente indicado, se destacan los siguientes aspectos a considerar en la aplicación de este recurso psicológico:

  • La zona interna es la que se corresponde con los aspectos sobre los cuales cada persona debe responsabilizarse y debe afrontar activamente: sus acciones, la gestión de sus emociones, como interpreta y valora las situaciones que vive, etc., así como los efectos y consecuencias que todo ello pueda generar. Por ejemplo, es responsabilidad de un individuo decidir cómo gestiona una discusión con una amistad o familiar ante una desavenencia.
  • La zona externa hace referencia al conjunto de fenómenos que no están exclusivamente sujetos a la actuación y decisión de la propia persona, por lo que en este caso, el individuo debe realizar un ejercicio de aceptación (y no de resistencia) a la ocurrencia de los mismos. Posteriormente, también cabe realizar un proceso de decisión sobre cuál va a ser su actitud y conducta ante el evento en cuestión. Siguiendo con el ejemplo anterior, la gestión que realice la otra persona implicada ante el conflicto mencionado queda fuera de la responsabilidad propia.

De acuerdo a estas premisas, se pueden extraer las siguientes conclusiones:

  • Cada persona debe responsabilizarse de su propia gestión emocional, y no de la gestión emocional ajena. Es razonable que dicha gestión ajena pueda ocasionar sentimientos de tristeza o frustración, sin embargo no sería razonable que se originara un sentimiento de culpabilidad.
  • Toda decisión o actuación propia conlleva una serie de consecuencias y efectos que deben ser asumidos por ese mismo sujeto, ya que se entienden como su responsabilidad. Un planteamiento menos realista o racional sería pretender que la propia decisión no pueda tener una repercusión o una consecuencia negativa o adversa, como por ejemplo podría ser un enfriamiento de un vínculo interpersonal tras un conflicto.
  • Las personas ejercemos una forma de interpretar, sentir y afrontar las situaciones vitales de forma particular. Este funcionamiento es producto de las experiencias pasadas, del carácter y personalidad del individuo o de las creencias nucleares generadas durante la trayectoria vital, entre otras variables, que son distintas para cada ser humano. Así, una cognición errónea que suele producirse en este punto reside en pensar que todas las personas deben actuar de la misma manera ante determinadas situaciones.
  • Cada persona tiene derecho a decidir su conducta una vez observada la actuación de los demás; igualmente estos otros disponen del mismo derecho tomar sus determinaciones cuando observan un comportamiento concreto por nuestra parte, independientemente de que tal decisión resulte favorable o desfavorable para la primera.

Beneficio del uso del círculo de seguridad

El ejercicio de la propia responsabilidad para afrontar situaciones interpersonales es un fenómeno beneficioso que impulsa a la acción y a la búsqueda de soluciones y alternativas ante los problemas. Sin embargo, cabe aplicar dicha responsabilidad de forma racional y equilibrada, a la vez que cabe considerar la utilidad de disponer de una actitud adaptativa, flexible y aceptadora ante aquellos acontecimientos que escapan al control personal.

 

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Acerca del autor:

Elisabet Rodríguez Camón
Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Especializada en Psicología Clínica mediante la titulación de Posgrado en Actualización en Psicología Clínica y Máster en Psicología General Sanitaria. Especializada en Psicopedagogía mediante la titulación de Máster en Psicopedagogía Clínica. Responsable de ELISABET RODRÍGUEZ – PSICOLOGIA I PSICOPEDAGOGIA (Granollers). Psicóloga General Sanitaria en población infantojuvenil y en adultos. Psicopedagoga. Redactora especializada en psicología y psicopedagogía en diversas publicaciones digitales.

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2 Respuestas a “Relaciones interpersonales: una adecuada aplicación del círculo de responsabilidad”

  1. User defaultLucía says:

    Como psicóloga sanitaria, el artículo aborda de manera efectiva la aplicación del círculo de responsabilidad en relaciones interpersonales, destacando la importancia de delimitar áreas de responsabilidad personal y externa. La reflexión sobre la gestión emocional y toma de decisiones conscientes, especialmente en relaciones cercanas, refleja una comprensión realista de dinámicas interpersonales. La promoción de una actitud adaptativa y equilibrada para mejorar el bienestar emocional en situaciones conflictivas es coherente con principios de intervención psicológica. En general, el enfoque del artículo resulta útil y reflexivo para aplicar en la práctica clínica.

    1. Avatar de usuario 1 ISEP says:

      Gracias por tus amables palabras Lucía.
      !Nos alegra que te haya resultado útil!
      Un abrazo

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