Vivimos en una sociedad más segura, cómoda y con una calidad de vida mejor que nuestros antepasados. Gracias a ello, cada vez vivimos más años, disfrutamos más de nuestras comodidades, pero…Algo se nos está olvidando y es que a más años más probabilidades tendremos de sufrir un ACV (Accidente Cerebro Vascular) o que algún familiar nuestro lo padezca.
¿Qué es un Accidente Cerebro Vascular?
Todas las personas, desde niños hasta ancianos pueden sufrir una lesión cerebral, si bien es verdad que la edad es clave tanto en la prevención como en la recuperación. El daño cerebral puede ser por una caída, un accidente de tráfico, un tumor, una infección o por sufrir un ictus.
Una lesión cerebral provoca que algunas neuronas mueran, pero además ocurren otros daños como edemas, cambios proteínicos y genéticos en el interior de la célula y otros problemas que provocan que las neuronas no se comuniquen entre sí de la manera adecuada. Las secuelas serán físicas y psicológicas. Cualidades como caminar, comer, el aseo o la autonomía personal se verán mermadas. De la misma manera, también pueden ver afectadas capacidades tales como hablar, comprender y expresarse.
El apoyo familiar en una lesión cerebral
Cuando un ser querido ha sufrido un ictus y tiene secuelas importantes, tanto el paciente como la familia se sienten desbordados. Son momentos de incertidumbre miedo y ansiedad. En muchos casos, la familia apenas recibe información sobre lo que le está sucediendo a su familiar y sobre cómo hacerle frente a la nueva situación. Otro momento clave es cuando el familiar vuelve a casa y todo el engranaje familiar tiene que adaptarse a la nueva situación. Las emociones, los lazos familiares, el cuidador y sobre todo el paciente necesitarán ayuda de distintos profesionales para que la recuperación sea más exitosa.
La importancia de visibilizar el problema del daño cerebral
Por ello, es tarea de todos hacer visible el daño cerebral, normalizarlo e informar sobre los caminos que debe tomar la familia para afrontar la nueva situación lo mejor posible. Esto incluye a las Asociaciones de cada Comunidad Autónoma, las ayudas económicas, la ayuda terapéutica (psicólogos, psicopedagogos, logopedas y fisioterapeutas), centros de terapias ocupacionales, etc. De la misma manera, es necesario que exista colaboración entre los profesionales que realizarán la Intervención con el paciente v y los familiares.
Como colofón, para que la sociedad sea más justa e igualitaria, se deben hacer visibles las consecuencias de ACV, del ictus y, sobre todo, saber cómo prevenir y actuar en caso de padecerlo o que algún familiar lo padezca.
El tratamiento de la recuperación del paciente con un ACS y el papel de su familia es un tema tratado en el Máster en Neurorehabilitación de ISEP. ¡No dudes en pedir información!