Es habitual que hoy en día encontremos en nuestras consultas niños y niñas con un alto grado de impulsividad o con un déficit en el control de sus funciones ejecutivas, mostrando dificultades en organizarse, planificar o estructurar una tarea; así como en tomar decisiones correctas que hayan estado elaboradas y pensadas con anterioridad.
¿Por qué surge la impulsividad en los niños?
En muchas ocasiones, la impulsividad surge como respuesta a una mala gestión emocional, en la mayoría de veces un exceso de emoción, como por ejemplo estar sobre excitado o demasiado enfadado.
Cuando esto sucede, se suele hacer mucho hincapié en exponer a los niños qué es aquello que no han realizado bien en vez de poderles dar alternativas a ello o estrategias previas al momento en el que actúen para poder determinar qué consecuencias conlleva eso que quieren hacer. Si logramos transformar los “NO” en actividades o juegos que sean más atractivos para los ellos, ayudaremos a que vivan esta dificultad de una manera más positiva y, asimismo, podremos afianzar el vínculo con ellos.
Ejemplo para gestionar la impulsividad en niños
Una actividad muy sencilla que utilizamos los psicólogos infantojuveniles para conseguirlo, y que da muy buenos resultados, es la de usar el botón del “Pause”, muy útil para frenar la impulsividad del niño justo antes de realizar una conducta que no será beneficiosa para él.
Esta actividad es muy divertida y entretenida para los niños puesto que los elementos principales para desarrollarla serán el mando a distancia de la televisión, la televisión y nuestro propio cuerpo (si la actividad la realizan los padres desde casa) y nosotros en la consulta podremos utilizar vídeos de Youtube y un ordenador.
El objetivo principal de este ejercicio para niños impulsivos es relacionar el estado emocional del niño con su capacidad para tomar decisiones. Para ello, nos basaremos en hacer entender al niño que, igual que ponemos el “pause” cuando queremos parar una película, unos dibujos o un vídeo, nosotros podemos poner “pause” a nuestro cerebro. Es muy importante que previamente trabajemos con él en qué situaciones le pediremos que lo utilice.
Los niños impulsivos y la regulación emocional
Nos podemos ayudar de unos dibujos que muestren un cerebro sonriendo cuando las emociones están bien reguladas y un cerebro triste cuando las emociones están mal reguladas, ya sea, por ejemplo, debido a un exceso de alegría, un exceso de enfado o por un disgusto.
Posterior a esta explicación, hay que enseñar al niño que cuando estas emociones están mal reguladas el cerebro termina por tomar una mala decisión, puesto que queda bloqueado y no sabe que es lo que debe hacer.
Será muy importante en este punto contar con muchos ejemplos de situaciones en las que al niño le haya sucedido esto que le estamos contando, así que la coordinación con la familia y la escuela será básica en esta actividad.
Una vez contada la historieta sobre su cerebro, se le explica que para poner remedio a esta impulsividad lo que tiene que hacer es darle al «pause» al cerebro, ayudarlo a calmarse y a tomar una buena decisión. En este momento, empezamos a poner un vídeo de alguno de sus dibujos favoritos y le damos a pausar. Seguidamente, le cedemos el turno al niño para que vea que él también tiene este poder.
Cuando el niño haya jugado un rato con el vídeo, nos pondremos manos a la obra con la parte más práctica. Para ello, le pediremos que se levante y que empiece a saltar por el despacho y que cuando oiga: “¡PAUSE!” deberá detenerse. Podemos jugar un rato y luego pedirle que lo haga al revés, es decir, nosotros saltamos y el niño nos da la orden de parar.
Finalmente, después de estar un rato jugando a esto, es hora de volver a sentarse y enseñarle que igual que hemos hecho con el cuerpo lo podremos hacer con la mente. Para ello, le diremos que primero serán sus padres quienes le dirán «pause» cuando esté a punto de hacer una conducta poco adecuada. Una vez el niño se haya adaptado a la nueva técnica, poco a poco se le pedirá que intente hacerlo de manera autónoma siendo él quien se diga “pause” en forma de pensamiento.
Para asegurarnos de que ha quedado todo claro, podemos retomar todos los ejemplos que se le habían dado sobre situaciones en las que no se había regulado emocionalmente bien y pedirle que nos diga en qué momento debería haber usado el pause y qué conducta alternativa podría usar.
Esto del control de la impulsividad es algo nuevo en realidad a lo que casi no se le da importancia. Por eso tenemos muchos adolescentes descontrolados que toman decisiones peligrosas. ¿Cómo nos puede ayudad a abordar el control de la impulsividad en adolescentes que no fueron educados desde pequeños en el autocontrol?
Es cierto que observando a estos niños, cuando son menores de 5 años, siempre están llorando, nunca captan instrucciones y siempre quieren hacer lo que ellos crean. En caso que sean mayores de 5 años, siempre están de mal humor, no son organizados ni hacen tareas. Hay que mandarles, los padres son esclavos de ellos, hacen todos por ellos y viven frustrados como padres. Con estas técnicas de control emocional, son de gran ayuda para el desarrollo del niño.