En esta ocasión contamos con la colaboración de nuestra antigua alumna del Máster en Terapias de Tercera Generación y Aplicación de las Nuevas Tecnologías Angélica Barrero, que nos aporta un enfoque profesional y muy personal de la Psicología Clínica. Si quieres compartir tus conocimientos y experiencias en el sector de la psicología, ¡contacta con nosotros!
Os dejamos con la experiencia profesional de Angélica.
El estrés constante en nuestras vidas
El ritmo de vida en la sociedad actual nos lleva muchas veces a ignorar pequeños acontecimientos del día a día, manteniéndonos en un estado constante de estrés por el futuro y problemas o discusiones que hemos tenido en el pasado. Indiscutiblemente, son dos momentos de la vida por las cuales no podemos hacer nada en el momento presente, el único en el cual si podemos actuar y al que menos prestamos atención consciente. Hoy en día, la psicología clínica ya no trata únicamente con desordenes también llamados psiquiátricos, como la depresión o la ansiedad, sino que nos vemos ante el gran reto de trabajar el bienestar emocional de personas que no necesariamente cumplen los criterios para un diagnóstico psiquiátrico (y que, por consiguiente, estarían excluidos de un tratamiento en condiciones) pero si se encuentran con que su vida no es plena emocionalmente.
Es cierto que vivimos en una sociedad de la rapidez, en la cual queremos soluciones rápidas y efectivas, pero también es cierto que aquello que es rápido no será efectivo (al menos a largo plazo) y lo que es efectivo no será rápido. Estas soluciones suelen ser los diferentes psicofármacos recetados por cualquier médico de cabecera (no se está negando la funcionalidad de estos, sino su sobre utilización). Estas “soluciones” son a corto plazo, no trabajan el problema de raíz y además pueden tener diversos efectos secundarios.
Otra solución de la cual se ha hablado es la psicoterapia cognitivo conductual, con múltiples estudios que demuestran su eficacia en el ámbito clínico para diferentes estados anímicos disfuncionales. Mediante esta, se le enseña a la persona a diferenciar entre pensamientos y realidad, se enseñan distorsiones cognitivas y cómo refutarlas (aquellos pensamientos que pueden estar fuera de la realidad objetiva, tema a tratar en otro post) y se pueden trabajar técnicas de relajación. Éstas incluyen la respiración diafragmática y la relajación muscular progresiva. Con la primera, se busca una respiración que activa el sistema nervioso parasimpático, desactivando la respuesta de estrés en el cuerpo. Con la relajación muscular, se busca tensar y relajar cada grupo muscular para que se empiece a reconocer como es un musculo tenso y relajado y poder aplicarlo en el día a día, cuando la persona necesite disminuir el estrés en momentos puntuales.
El Mindfulness y la relajación como solución
Otra aproximación para la reducción del estrés es mediante el Mindfulness que, si bien no es una técnica de relajación (como se suele decir y confundir), sí que puede tener un efecto en el estrés. De hecho, Jon Kabat-Zinn ha creado la terapia de Reducción de Estrés Basada en Mindfulness (o MBSR por sus siglas en inglés Mindfulness Based Stress Reduction), basada en meditación budista, pero que nada tiene que ver con el aspecto religioso. El Mindfulness busca que se preste atención de manera particular, intencionada en el momento presente y sin juzgar. No es únicamente meditación, ésta es una parte del Mindfulness ya que es una herramienta muy potente para desarrollar la concentración y la atención. El Mindfulness parte del principio de que no somos multitarea, que no podemos estar en el momento presente y al mismo tiempo preocupándonos por el pasado o por el futuro (por ejemplo, yo no sería muy eficiente si en el momento de escribir este post estuviese pensando en la discusión que he tenido ayer o la reunión que no he preparado para mañana; me sirve más centrarme ahora y luego retomaré con conciencia aquello que tenga que solucionar). La preocupación por otros momentos no es funcional ya que nos envuelve en emociones negativas y nos saca del momento presente y real. Esos pensamientos son interpretaciones de nuestra propia objetividad. Muchas personas confunden el Mindfulness con técnicas de relajación, pero también es importante que no se confunda con distracción, supresión emocional, evitación, imaginación, rumiación o reestructuración cognitiva.
Para conocer más en profundidad el Mindfulness, un compañero de ISEP Clínic nos lo comenta en su post. En el aspecto terapéutico, se busca que cualquier evento no verbal (por ejemplo, emociones) sea aceptado y vivido tal como aparece, ya que acercarnos a ellos hace que su efecto sea minimizado. Muchas veces la evitación del sufrimiento trae más sufrimiento. Un elemento clave en el Mindfulness es la atención a la respiración, pero a diferencia de la respiración diagramática que busca un cambio de sensación, en la respiración de Mindfulness “simplemente” vamos a hacernos conscientes de la respiración. Es difícil, ya que siempre hay pensamientos intrusivos, ya sean de futuro o pasado, pero también del presente (del tipo “esto no funciona”). Para esto, debemos ser conscientes de los pensamientos, no juzgar, no reaccionar y volver a la respiración. Esto genera estados de concentración que, con trabajo diario y guía, se puede aplicar a otros ámbitos. El hecho de estar centrados en una sola tarea hace que nuestra reactividad e incluso estrés, disminuyan.
Diferencias entre Mindfulness y las técnicas de relajación
Con las técnicas de relajación se busca cambiar el estado actual del cuerpo, pasar de tensión a relajación, y con el Mindfulness se busca observar aquello que ocurre y dejar que continúe su curso natural. En consulta se puede trabajar muy bien con estas dos aproximaciones, que tienen bases teóricas diferentes pero que pueden lograr un efecto similar. En ISEP encontrarás formaciones específicas en los dos ámbitos, con posibilidad de hacer doble titulación, con el Máster en Psicología Clínica y de la Salud o el Máster en Psicoterapia Cognitivo Conductual, y por otro lado el Máster en Terapias de Tercera Generación.