Entrevistamos a la reconocida psicóloga y profesora del Máster en Psicoterapia Infantojuvenil de ISEP, Sònia Cervantes, quién nos da detalles sobre el trastorno negativista desafiante.
¿Qué es el trastorno negativista desafiante?
El trastorno negativista desafiante es un trastorno de conducta también llamado trastorno posicionista, que se caracteriza principalmente por un patrón de desobediencia, rebeldía y de trastorno de conducta asociado en muchas ocasiones hacia los padres. Se trata de un trastorno que si llega a niveles muy altos puede llegar a ser constitutivo de delito porque en ese caso el menor lo que está cometiendo es un delito de violencia filio parental. Así pues, el trastorno negativista desafiante lo podríamos definir básicamente como un trastorno de conducta.
¿Cómo se detecta el trastorno negativista desafiante?
Este trastorno se puede detectar ya desde la primera infancia, aunque si bien es cierto que se asocia mucho a la adolescencia, se trata de chicos que ya desde muy pequeños muestran una tendencia a las pataletas, a no obedecer normas ni límites, es decir, tienen problemas con las figuras que representan autoridad.
Estos chicos no atienden a ciertas órdenes y no entienden que hay cosas que se pueden hacer y otras, que no se pueden hacer. Es por ello que detectar el trastorno negativista desafiante es sumamente fácil pues realmente la convivencia con el menor es francamente difícil. Son discusiones constantes, son peleas constantes, y repito, son chicos que no obedecen a ningún tipo de norma ni límite.
¿Qué personas son más propensas a desarrollar este tipo de trastorno?
Hay veces que sí que podemos hablar de patología dual debido a que en ocasiones existe cierta relación con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el cual no ha sido detectado ni tratado con anterioridad.
Aunque es cierto que, a la larga, sí que se puede acabar originando un trastorno de conducta, a veces el trastorno negativista desafiante produce una triada muy peligrosa formada por el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el trastorno negativista desafiante y, además, aparece el trastorno por abuso de sustancias.
¿Con qué terapias se suele tratar el trastorno negativista desafiante?
La terapia que mejor me funciona a mí en estos casos, es una mezcla. Por un lado, hay una psicoeducación con los padres para establecer una serie de normas y límites, la cual se combina con las técnicas de modificación de conductas propias del paradigma cognitivo-conductual. Aún así, en estos últimos años me he dado cuenta que las técnicas más efectivas con las terapias que se unen a las terapias de nueva generación, de adaptación y de compromiso.
Además, yo opto por trabajar mucho los valores del chico que sufre este tipo de trastorno, trabajo el componente emocional que hay detrás, de manera que no me centro sólo en su conducta. Sin embargo, es importante tener en cuenta la conducta porque en muchas ocasiones se trata de conductas o patrones de conductas que son inadmisibles y, por tanto, que no podemos permitir. Aun así, es muy efectivo trabajar con terapias de nueva generación, de aceptación y compromiso, a la vez que se hace una reeducación no sólo conductual, sino que también es cognitiva e incluso a veces hasta emocional.
También hay que desterrar algunas creencias erróneas que van asociadas a ese tipo de patrón conductual y a las emociones que esas creencias suscitan. En general, se trata de un trabajo bastante global.