En esta ocasión, en la sección de “Entrevistas con expertos”, charlamos con Raúl Espert, Doctor en Psicología, Neuropsicólogo clínico, director del Máster en Trastornos del Neurodesarrollo y coordinador del Máster en Neuropsicología Clínica de ISEP Valencia. Además, es director y fundador de la Unidad de Neuropsicología (Sección de Neurología) del Hospital Universitario Dr. Peset.
En la entrevista, Raúl Espert se adentrará en el tema de los trastornos del neurodesarrollo.
¿Qué son los trastornos del neurodesarrollo?
Los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de alteraciones en las que existe una desviación de la migración de las neuronas durante el período embrionario.
Hacia el día 21 después de la concepción del embrión, hay una migración de miles de neuronas por minuto hacia el cerebro, la cual está condicionada por un gran número de factores: ambientales, genéticos o incluso epigenéticos.
En el caso de los trastornos del neurodesarrollo, algunas de estas neuronas o grupos enteros de neuronas no migren y, por lo tanto, no lleguen al cerebro. Lo que llamamos disembriopatícas, son agrupaciones anómalas de neuronas ectopias que están en sitios dónde no deberían hacer neuronas, o bien, agrupaciones de sustancia blanca en lugares donde debería haber sustancia gris.
En resumidas cuentas, las neuronas tienen un programa genético y saben dónde emigrar. En caso que haya alguna variación en el programa genético, entonces causará una alteración en el neurodesarrollo, más o menos significativas, como puede ser el caso de una dislexia o un trastorno del espectro autista.
Realmente existe un vasto territorio tanto para los neuropsicólogos como para logopedas clínicos.
¿Cómo afectan los trastornos del neurodesarrollo en día a día de los niños?
Un trastorno del neurodesarrollo, implica en los niños, que se vea alterada su conducta y su cognición, pues serán niños que no se integrarán bien porque serán completamente distintos del resto.
Para estos niños, habrá que hacer una pedagogía especial y una psicoeducación especial, a la vez que se les dará un tratamiento específico, el cual no será agradable ni para el niño en cuestión ni para la familia del mismo, pero en ambos casos, se deberá asumir este cambio en sus vidas.
Sin embargo, para ese niño que es distinto y que ha nacido de forma diferente, podrá con la intervención especializada en trastornos del neurodesarrollo, estimular el cerebro para que intente asumir algunas de las funciones para las que no estaba preparado genéticamente.
Incluso así, muchos de los trastornos del neurodesarrollo tienen pequeñas taras que aún con la estimulación temprana adecuada van a persistir, y tanto los padres como la sociedad en general, deben asumirlo.
¿Cómo lo viven las personas de su entorno?
Las personas de su entorno, especialmente sus familiares más próximos, lo viven en algunos casos con mucha ansiedad.
Lo que pasa es que cuando unos padres no tienen el bebé que esperaban, no tienen un bebé «neuronormal» sino que es un bebé distinto, algunos lo asumen con mucha ansiedad, mientras que otros lo hacen con una depresión, pasando por las típicas fases del duelo.
Primero empiezas por el enfado, luego sigues con la rabieta de “a este niño le pasa algo y no sé qué hacer”, todo ello ligado a un sentimiento de culpabilidad, llegándose a preguntar ¿qué habré hecho yo para tener un niño que no me ha salido como yo esperaba?
¿Es indispensable tratar a estos niños de forma temprana? ¿Por qué?
De hecho, la premisa de tratarlos de forma temprana es básico ya que se estima que las neuronas están migrando y que el período de máxima plasticidad cerebral está en los primeros 18-24 meses de vida.
De este modo, se puede acudir a un centro de atención temprana, para que intervengan rápidamente y puedan moldear el cerebro y que éste pueda ir asumiendo funciones que el trastorno del neurodesarrollo le haya impedido desarrollar al bebé.
Para ello, es necesario un equipo multidisciplinar que esté formado fundamentalmente por neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas, pedagogos, especialistas en psicología terapéutica y obviamente los padres.
Estos últimos, son un agente espectacular en el tratamiento del bebé, y por ello, es indispensable darles mucha psicoeducación, ya que necesitan conocer el por qué y que no se sientan culpables.
Además, necesitamos que los padres colaboren de manera muy activa, necesitas que sean coterapeutas porque si no te alias con los ellos, las posibilidades de que fracase la terapia que se le esté dando al bebé, según mi punto de vista, supera el 50%.
Por eso, considero que es vital y fundamental tratar a estos niños de forma temprana y adecuada.
Si te has quedado con ganas de saber más sobre este tipo de trastornos, no dudes en cursar el Máster en Trastornos del Neurodesarrollo que impartimos en ISEP Valencia.