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Dispositivos de cancelación de ruido y autismo: Expectativas frente a evidencias.

Dispositivos de cancelación de ruido y autismo: Expectativas frente a evidencias.

Es más común de lo que parece el enfrentarse dudas sobre qué dispositivos pueden ser los más adecuados a la hora de trabajar con aspectos de cancelación de ruidos en tratamientos con niños que muestran respuestas adversas ante distintos tipos de ruidos. En este contenido, voy a tratar de de ilustrarte con algunos aspectos que pueden ayudarte.

Hiperactividad ante el sonido en niños con autismo

La imagen de un niño con autismo tapándose los oídos o teniendo una fuerte reacción ante un ruido inesperado es algo que nos impacta y, al mismo tiempo, nos alerta sobre necesidades de apoyo que pueden no estar cubiertas. Las dificultades en la comunicación propias del autismo hacen que, con frecuencia, no dispongamos de testimonios nítidos que describan estas dificultades en cada caso concreto y que, como consecuencia, resulte complejo plantear apoyos para minimizar su impacto en la vida de cada persona. Las familias de los niños que presentan esta sensibilidad al ruido o a determinados sonidos informan de que, con frecuencia, se ven obligadas a evitar determinados eventos y actividades (Myne and Kennedy, 2018), lo que supone una barrera para su inclusión.

Los auriculares o dispositivos de cancelación de ruido pueden suponer una oportunidad para compensar estas dificultades. Las informaciones que se proporcionan en redes sociales, junto con el creciente uso de este tipo de dispositivos por parte de personas con o sin autismo, hace que las expectativas sobre sus posibles beneficios sean elevadas. Sin embargo, se trata de un ámbito de conocimiento e intervención en el que las expectativas a veces superan a los conocimientos y a las evidencias disponibles.

A diario este tipo de cuestiones son las que trabajamos con nuestros alumnos, viendo cómo podemos aportar las mejores soluciones para mejorar la calidad de nuestros pacientes. Si estas pensando que te gustaría explorar más conocimiento sobre el espectro autista te invitamos que consultes nuestro Máster en Trastorno del Espectro Autista.

Por un lado, únicamente un porcentaje pequeño de las soluciones tecnológicas para personas con autismo cuentan con evidencia que las respalde. Por ejemplo, tan solo un 1% en el caso de las apps (Kim et al., 2018). Las escasas evidencias disponibles en este ámbito, junto con el rápido avance de las tecnologías, ha llevado a diferentes investigadores (Zergovianni et al., 2020; 2023) a considerar otras fuentes de evidencia, tales como los testimonios personales de las personas usuarias de la tecnología, para complementar la escasa evidencia científica disponible a la hora de determinar la idoneidad de los apoyos tecnológicos para cada persona autista.

Por otro lado, no ha sido hasta el año 2013 cuando la Asociación Americana de Psiquiatría ha incluido la hiper- o hiporreactividad a los estímulos sensoriales (p.ej., “respuestas adversas a sonidos específicos”) entre los posibles criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro del Autismo de su manual (DSM-5, APA, 2013; 2022). El origen neurobiológico de esta sensibilidad al ruido o a determinados sonidos aún no se conoce (Hazen et al, 2014) y no parece que tengan que ver con dificultades auditivas de carácter periférico (Gravel et al., 2006) sino, más bien, con procesos cognitivos nucleares (Marco, Hinkley, Hill y Nagajaran, 2011), o con la ansiedad (Green y Ben-Sasson, 2010). En cualquier caso, es imprescindible que quienes conviven con personas con TEA conozcan estas necesidades para que puedan dar una respuesta ajustada.

Estudios sobre la hiperreactividad a los estímulos sensoriales en el autismo

En el año 2003, la Dra. Olga Bogdashina publicó un trabajo en el que analizó centenares de testimonios de personas autistas con el objetivo de intentar comprender los diferentes aspectos de la percepción sensorial en el autismo. En el caso de la hipersensibilidad al sonido, Bogdashina identifica posibles indicadores que pueden mostrar las personas autistas en base a dichos testimonios (2003, p.53):

  • Se tapa los oídos
  • Tiene el sueño muy ligero
  • Le asustan los animales
  • No le gustan las tormentas, el mar, las muchedumbres, etc.
  • No le gusta que le corten el pelo
  • Elude los sonidos y los ruidos
  • Realiza ruidos repetitivos para evitar oír otros sonidos

A nivel empírico, los estudios sobre la percepción sensorial en el autismo son poco frecuentes, siendo aún más escasos los que analizan una modalidad sensorial en concreto. En el caso de la hiperreactividad a estímulos sonoros (o sensibilidad al ruido), Landon, Shepherd y Lodhia (2016) realizaron un análisis cualitativo sobre diez personas autistas adultas. Encontraron que los participantes se referían constantemente a ruidos fuertes que les causaban problemas, pero también a ruidos silenciosos que otras personas a su alrededor parecían ignorar.

Además, de esta agudeza general inusualmente alta y una mayor respuesta a los sonidos, los participantes también notaron sonidos específicos, característicos de una intolerancia específica al sonido y a determinados contextos (principalmente sociales) que eran problemáticos para ellos. Esta sensibilidad afectaba a su capacidad de controlar su atención en la tarea, así como a su capacidad para discriminar los sonidos relevantes (p.ej., en una conversación) en presencia de un fuerte ruido de fondo.

Uso de dispositivos de cancelación de ruido en personas con autismo

autismo ruido ninoLa cancelación o atenuación del ruido se puede conseguir tanto con dispositivos pasivos (que bloquean el ruido mediante materiales aislantes o almohadillas que impiden que el ruido llegue a los oídos), como mediante dispositivos activos, de carácter tecnológico, que detectan sonidos y generan otros que los contrarrestan en tiempo real, eliminando así los ruidos del entorno. Dentro de los dispositivos activos, algunos de ellos incorporan un botón sobre el propio dispositivo para activar/desactivar la función de cancelación o atenuación del ruido. Otros dispositivos combinan técnicas pasivas y activas para conseguir una mayor reducción de los ruidos.

Evidencia empírica sobre la efectividad de estos dispositivos

Resulta muy frecuente encontrar personas autistas que utilizan diariamente alguna de estas soluciones, si bien las evidencias son muy limitadas.

Estudio de Pfeiffer con dispositivos de cancelación activa BOSE Quiet Comfort 15

En ausencia de otros estudios realizados con muestras de mayor tamaño y menores limitaciones metodológicas, el artículo más relevante hasta la fecha es el de Pfeiffer et al (2019), en el que utilizaron los dispositivos de cancelación activa BOSE Quiet Comfort 15 (que cubren el oído) y el dispositivo BOSE QuietComfor 20i (que se coloca dentro del oído y además permite activar/desactivar esta función) con un grupo de 6 niños de entre 8 y 16 años de edad.

El objetivo del estudio fue ver si la cancelación o anulación del ruido ayudaba a reducir la respuesta fisiológica en un conjunto de actividades objetivo en entornos naturales con un elevado nivel de ruido.
Los resultados sugieren que, independientemente del tipo de intervención o dispositivo utilizado (interno o externo), los auriculares de cancelación de ruido produjeron una reducción significativa en los niveles de activación (que en dicho estudio fue medida con sensores de conductancia de la piel).

Efectos negativos del aislamiento sensorial

Aunque la intención y los resultados esperados son positivos en general, el aislamiento sensorial también entraña ciertos riesgos. Por ejemplo, en los entornos urbanos, estos dispositivos pueden impedir que percibamos situaciones de riesgo, tales como el sonido de un vehículo que se aproxima hacia nosotros a gran velocidad, la sirena de una ambulancia, etc.

Además, en el caso del autismo, es necesario tener presente que una característica central a esta condición son las dificultades en la comunicación, y que las intervenciones deben ir dirigidas a maximizar las oportunidades de comunicación que el niño tiene a lo largo del día. Por lo tanto, un excesivo uso de este tipo de dispositivos puede conducir a una reducción de estas oportunidades ya que, por ejemplo, el niño puede no oír cuando se le llama por su nombre en el hogar, o cuando su maestro le da algún tipo de instrucción en el colegio.

También es importante comprender que un buen uso de estos dispositivos ha de estar enmarcado en un plan individual de intervención diseñado y monitorizado por profesionales. Este plan debe garantizar que se utilice el dispositivo en su justa medida y no de forma indiscriminada. Si la persona que lo utiliza recurre a ello en situaciones en las que no lo necesita para regularse, esto puede hacer que el propio sistema deje de ser eficaz e incluso que tenga un efecto adverso, pues puede reducir la capacidad de la persona de habituarse a dichos estímulos, agravando así el problema original.

Conclusión

En este artículo hemos visto cómo los dispositivos de reducción o cancelación de ruido suponen una oportunidad para las personas autistas que presentan una alta sensibilidad al ruido o a determinados sonidos. Aunque son soluciones poco maduras y con evidencias limitadas, la baja inversión necesaria para su implementación, junto con el gran impacto que puede llegar a tener para cada persona, puede justificar su uso en algunos casos en los que otras estrategias no hayan sido efectivas.

No hay que olvidar que, aunque estos dispositivos suponen una oportunidad para la adaptación del entorno a la persona, no por ello se debe renunciar a las oportunidades que ofrece la terapia basada en la integración sensorial, dirigida a enseñar al niño a gestionar estos estímulos y habituarse a ellos, desarrollando estrategias internas que le permitan desenvolverse en los entornos naturales de manera autónoma.

Asimismo, dada la altísima correlación entre la presencia de trastornos de ansiedad y la hiperreactividad sensorial en el autismo (Green y Ben-Sasson, 2010) las intervenciones que se realicen en este ámbito deben abordar también de manera explícita la comprensión y el tratamiento de la ansiedad y su relación con la sensibilidad al ruido.

En todos los casos, el uso de este tipo de dispositivos debe estar guiado por profesionales, que ayuden a planificar una intervención en la que se midan objetivamente los logros alcanzados y se controlen los riesgos.

Espero que te haya gustado el contenido y que os haya aportado alguna reflexión, idea o conocimiento inspirador.  Sí que me gustaría antes de terminar,  comentarte que si estuvieras buscando formación, tenemos un máster que trabaja sobre los principales aspectos de actuación sobre el espectro autista, nuestro Máster en Trastornos del Espectro Autista, y puedes consultarlo aquí.

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Acerca del autor:

Gerardo Herrera
PhD, es investigador responsable del laboratorio AdaptaLab en el Instituto IRTIC de la Universitat de València, España. Es autor de una treintena de artículos científicos sobre tecnología y autismo. Editor de libros y manuales técnicos de la Editorial Autismo Ávila, del sello La Estrella Azul y de la Editorial Dr Buk. Ha coordinado numerosos proyectos europeos sobre autismo y tecnología, incluidos EMPOWER, ARBIT, IVRAP, STAY-IN, AMUSE o SMART-ASD. Es coautor de una serie de herramientas informáticas para personas con TEA, como Pictogram Room, Ready4Work o Hablando con el Arte.

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