Pokémon GO está ha batido récord superando en sus primeras semanas de apertura a Tinder y a Twitter. Si durante sus primeros días de vida el juego fue noticia por los peligros que representan que sus jugadores caminen distraídos por las calles, ya que se exponen a robos, secuestros y asaltos; usuarios y expertos aseguran que también tiene grandes beneficios, como estimular la socialización de mayores y chicos, y dar pequeñas lecciones de matemáticas, historia o actividad física, además de mejorar los síntomas de las personas que sufren de condiciones mentales como la depresión, la ansiedad y el autismo.
El psicólogo John M. Grohol reportó que muchas personas expresan en las redes sociales que sienten una mejora inesperada de sus síntomas de depresión y ansiedad como resultado de jugar, ya que el juego está motivando a los usuarios a salir de sus casas, lo cual al sufrir de depresión y ansiedad es toda una lucha: “Para una persona que sufre de depresión u otro trastorno del ánimo, la idea de hacer ejercicio puede ser imposible de considerar, mucho menos de realizar… y para alguien con ansiedad social, la idea de salir de sus casas y quizás cruzarse con alguien es aterradora. Sin embargo, este juego anima a las personas a salir fuera de sus casas, a explorar la casa de sus vecinos para encontrar y capturar pokémons que, en última instancia, podría ser como una recompensa por dejar sus casas. Se trata de una clara prueba de una consecuencia no intencional pero beneficiosa de producir un juego que fomenta el ejercicio” y el contacto con la naturaleza.
Por otro lado, Pokémon Go ha permitido, a través de distintos medios de comunicación a nivel mundial, conocer el caso de Ralph, el niño con autismo que desde que empezó a jugar con Pokémon Go ha mejorado en relación con el trastorno ya que, según su madre, comenzó jugar con otros niños de su edad con la excusa de la app: “Ralph salió a la calle emocionado después de capturar los primeros Pokémon. Un niño, adivinando a qué estaba jugando, se acercó para hablar con él. Le preguntó a Ralphie cuántos había atrapado. Ralph no contestó inmediatamente, se limitó a gritar POKÉMON!!! Chocaron los cinco y yo casi lloré”.
Craig Smith, profesor y experto en autismo, ha desarrollado una teoría en su blog que explica el potencial de esta app para los niños que padecen esta condición. Declara que el juego puede ayudar mucho más a los niños de los que se ve a simple vista, también en el campo académico, en aspectos como:
– Geolocalización y matemáticas: por ser un juego basado en GPS, Pokémon Go permite a niños y jóvenes aprender conceptos de espacio y tiempo, como los puntos cardinales, distancia, dirección, coordenadas, planos o satélites. También conceptos como contar o comparar pokémones, y hacer transacciones con la moneda virtual “pokécoins”.
– Historia: muchos de los “pokéstops” o”’gyms” están ubicados en lugares históricos o de relevancia cultural: iglesias, museos, monumentos, universidades y hasta cementerios. De hecho uno de los propósitos del juego es que conozcan su entorno.
– Actividad física: estudios indican que los niños estadounidenses aumentan de peso durante las vacaciones de verano de dos a tres veces más rápido que durante el año escolar, debido a la reducción de la actividad física. Con este juego, los niños se ven motivados a salir a hacer ejercicio físico y con ello, mejorar su condición de vida en general.
Finalmente, el Hospital para niños C.S Mott de Michigan también ha visto la capacidad de esta app para motivar a los niños hospitalizados para que salgan de la cama. Han añadido “poképaradas” en el videojuego por dentro del edificio, ya que muchos niños no pueden salir fuera, y así interactúan con otros pacientes y personal del hospital.
Muy interesante su enfoque !! ¡Enhorabuena !.