La Atención Temprana se centra en la primera infancia, la etapa que incluye desde los 0 hasta los 6 años. Este es un momento crucial en la vida, los niños experimentan un gran número de cambios cuantitativos y cualitativos. Sin embargo, a veces estos cambios no se producen o no lo hacen según lo esperado, lo que puede dar lugar a trastornos en el neurodesarrollo o la situación de riesgo de padecerlos.
Desde ISEP estamos muy concienciados con todos los aspectos que puedan contribuir a mejorar la educación que ofrecemos a nuestros niños. Por eso, si te interesan encontrar nuevas formas, metodologías, herramientas y habilidades en el campo de la Atención Temprana, te invitamos a consultar nuestro Máster en Atención Temprana.
La importancia de la atención plena en el desarrollo infantil
Es este el momento, es necesario dar respuesta de manera inmediata a las diferentes necesidades que plantean estos niños y niñas, respetando al máximo sus características individuales y las de sus familias. Por ello, trabajamos con la familia y a través de la familia.
A lo largo de la intervención en Atención Temprana, el foco no solo se pone en el niño o la niña, sino también en la familia. Este trabajo simultáneo y conjunto permite que el profesional acompañe en el desarrollo de las fortalezas y capacidades de ambos.
Esta colaboración es vital tanto en niños con trastornos en el desarrollo como en los que presentan riesgos de padecerlos. La Atención Temprana cobra así un carácter preventivo, el adecuado desarrollo, no solo dependerá de las características y posibilidades personales del niño o de la niña al que atendemos, si no que su desarrollo se verá influido, y mucho, de forma directa por el entorno en el que se encuentran.
Numerosas investigaciones, ponen de manifiesto que los entornos favorecedores influyen a la hora de alcanzar un nivel óptimo de desarrollo psicomotor, comunicativo-lingüístico y socioemocional.
Por este motivo, debemos incluir en nuestro trabajo, el entorno más inmediato de los niños y niñas que son su familia y su escuela. Surge así la necesidad de trabajar de manera simultánea con la familia y de manera coordinada con la escuela.
Estrategias y técnicas de atención plena aplicadas a la atención temprana
La Atención Temprana es un derecho de la infancia, y aplicarla con calidad es un deber de los profesionales que nos dedicamos a trabajar con la infancia.
Que un niño reciba Atención Temprana de manera adecuada, desde que se determina su necesidad, va a marcar una diferencia crucial en su futuro. La intervención supone trabajar de forma global, cubriendo las cuatro principales áreas de su desarrollo:
- Área motora: teniendo en cuenta la motricidad gruesa y fina.
- Área cognitiva.
- Área de lenguaje, en su vertiente expresiva y comprensiva.
- Área de sociabilidad.
Plan de actuación del equipo de Atención Temprana
Dada la variedad de áreas a trabajar, en Atención Temprana se han de conformar equipos multidisciplinares, que trabajen desde una metodología basada en la planificación coordinada. Esta coordinación se extiende a Sanidad, Educación y Servicios Sociales, es decir, la familia, a la escuela, a los profesionales de sanidad y, si fuera necesario, a los servicios sociales.
De esta forma, todo el equipo del centro de Atención Temprana elabora un plan de actuación y un programa de trabajo para el niño o niña de manera coordinada con la familia. Este programa de trabajo ha de ser reevaluado y valorado de manera periódica, es un programa vivo, que ha de ir variando, según varíe el niño o niña y su entorno. Debemos ajustarlo a las necesidades del niño y los cambios que tengan lugar, recordando que es el programa el que se debe adaptar al niño o niña y no al revés.
El programa debe constar de objetivos generales, específicos y operativos, correctamente jerarquizados, y teniendo presente que el niño o niña son los sujetos activos de la intervención y hay que tener presentes sus gustos e intereses, así como sus puntos fuertes, para que el programa esté personalizado y ajustado a la realidad que vive.
Esto no significa, por supuesto, que se trate de elaborar una tabla de ejercicios para el niño o niña y para los padres. Recordemos que no solo debemos trabajar el aprendizaje y los conocimientos. Los niños y niñas son sensación, emoción, sentimientos, motivación. Por ello debemos dedicar el mismo tiempo y energía que dedicamos a sus aprendizajes al trabajo emocional, explicando a la familia que el juego es un aspecto de gran importancia para el correcto desarrollo en la infancia.
Intervenciones basadas en mindfulness
Durante la intervención en Atención Temprana se observa cómo muchas familias han pasado o están pasando por momentos de gran incertidumbre, dolor, han sentido mucha ansiedad y necesitan que los profesionales les permitan expresar estas emociones en un espacio en el que se sientan seguros y confiados.
En ocasiones, la ansiedad puede paralizar e impedir pensar o actuar con claridad y puede reflejarse en multitud de síntomas psicosomáticos siendo la tristeza uno de los más frecuentes. Es fundamental conocer y disponer de diferentes técnicas que puedan ayudar tanto a los padres como a los niños y niñas a manejar estas emociones.
Por ejemplo, los programas de trabajo pueden incluir actividades de mindfulness para manejar adecuadamente estas situaciones que surgen a lo largo de la intervención. Aunque los niños o niñas más pequeños pueden tener dificultades para realizar estas actividades por sí mismos, se pueden facilitar mediante la vivencia de situaciones junto a sus padres.
Los padres pueden inculcar en sus hijos una rutina diaria para rebajar la ansiedad y el estrés, este será un momento de complicidad padres-hijos y los dos miembros de esta díada se retroalimentarán de las sensaciones tan agradables que les proporciona la relajación, de reducir la ansiedad y centrar la atención en el ahora.
Al disminuir su ansiedad, los padres contagiarán a sus hijos esa relajación, los niños y niñas se sentirán más tranquilos, más seguros, y eso favorecerá su relación, proporcionando un entorno en el que ambos puedan funcionar de la manera óptima.
Aún en edades tan tempranas, los niños pueden aprender a mejorar y a manejar su ansiedad, trabajando el masaje, los mandalas, el cantar, el bailar, ejercicios de tensar y destensar, ejercicios de autocontrol. Los niños lo vivirán como un momento de juego y los padres lograrán momentos de atención plena en el aquí y el ahora. Todo esto repercutirá en la mejora del vínculo.
La intervención en Atención Temprana permitirá por todo esto, proporcionar un desarrollo óptimo y de calidad en la infancia, lo que repercutirá en el futuro de nuestros niños.
Hay diversas habilidades, conocimiento y herramientas que están cambiando el paradigma de la atención temprana. Si buscar ahondar y encaminar tu carrera en psicología por este ámbito, te invitamos a que revises nuestro Máster en Atención Temprana.