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Atención psicológica en la rueda de reconocimiento de cadáveres

Atención psicológica en la rueda de reconocimiento de cadáveres

Hoy venimos a hablaros de un tema que muchas veces no goza de la importancia que debería y es la atención psicológica que hace falta en una rueda de reconocimiento de cadáveres.

Desde la psicología, ¿qué importancia tiene una buena gestión de los cadáveres?

El manejo inadecuado de los cadáveres y el trato que reciban los familiares en su identificación tendrá́ un efecto duradero y profundo en el proceso de duelo.

El trato que reciben los cuerpos en estas situaciones supone una repercusión muy profunda y duradera en el duelo de los familiares y en la salud mental de los supervivientes. Por lo que, una buena gestión del manejo de los cuerpos y una correcta identificación supone, dentro del contexto, una disminución de las repercusiones sobre los familiares (Morgan, Tidball-Binz y Van Alphen, 2006). Habitualmente, la identificación de los fallecidos supone para la primera confrontación con la realidad sobre la muerte de su ser querido, por ese motivo, el trato recibido en un momento tan duro y la preparación a la situación de identificación supondrá́ un gran impacto en el posterior proceso de elaboración del duelo (Losada, 2004).

Intervención psicológica en el reconocimiento de cadáveres

Ante una situación tan complicada como esta, es importante tener en cuenta las siguientes fases:

Fase 0: consideraciones previas

Es importante que se establezcan con claridad una jerarquía de responsabilidad y autoridad entre los intervinientes, de tal manera que, en todo momento, todos los profesionales sepan a quien dirigirse en caso de duda o confusión favoreciendo así́ una fluidez de información entre los profesionales más directa y clara, tanto de manera ascendente como descendente. Por otro lado, es importante la asistencia debe ser realizada siempre por los mismos profesionales, asegurando una continuidad de la intervención.

Fase 1: Presentación del cadaver a seres queridos

En este momento, es crucial destacar el lenguaje no verbal, mostrando empatía y control de la situación. Así́ como la información necesaria en cuanto a las funciones del psicólogo, anunciando e intentando facilitar las tareas a realizar, un acompañamiento durante el proceso y la comunicación de noticias, no siendo obligatorio aceptar la ayuda. En el caso de una aceptación, el psicólogo establecerá́ relación con el grupo familiar, acompañándolos en el proceso y facilitando la expresión de pensamientos y emociones (Alarcón et al., 2005).

Fase 2: Gestión psicológica de la información a familiares

Los familiares deben ser los primeros conocer la información relacionada con el hallazgo e identificación de sus seres queridos. Por eso, es importante explicar previamente el proceso de identificación, incluyendo los métodos, los plazos fijados para la recuperación y su identificación. Contrastando estos datos con las expectativas que esperan. Suministrándoles en todo momento toda la información que se tenga sobre el pariente desaparecido (OPS, 2002). La información que se otorgue en cada fase del proceso debe ser información honesta y precisa, otorgando respeto en todo momento a los fallecidos y a sus familiares. Respetando sus creencias y necesidades culturales y religiosas. Ofreciendo un trato compasivo a los familiares, prestándoles un apoyo psicosocial a los familiares y allegados (Morgan et al., 2006).

Fase 3: Recogida de datos

Para las familias resulta prioritario saber con certeza la suerte que han corrido sus seres queridos desaparecidos (Morgan et al., 2006).

Para ello, el psicólogo recogerá́ los datos necesarios de la familia, del familiar desaparecido y en el caso de fallecimiento, informará sobre el estado del proceso de identificación.

Fase 4: Apoyo psicológico en la toma de decisiones

Es necesario designar un representante de la familia que llevará a cabo la identificación. En este proceso, el psicólogo puede otorgar su ayuda en esta elección, que habitualmente va regida, entre otros aspectos, por la cercanía con la víctima, la competencia para realizar la tarea o bien por el deseo expreso de realizar dicha identificación (Alarcón et al., 2005).

Fase 5: Preparación psicológica a la identificación del cadáver

En el propio proceso de identificación, debe evitarse que se encuentren varias familias en la misma sala, de tal manera que se evitará el contagio emocional o el llamado “efecto dominó” de las reacciones emocionales. Y se otorga, la intimidad necesaria para la familia ante momentos tan dolorosos. En relación con la intervención del psicólogo se incluye una primera etapa, donde se encuentra la comprobación por parte del psicólogo de la condición del cuerpo, es decir, su apariencia visual, el olor y el número de restos. La visita previa del psicólogo al lugar de la identificación permite recoger información y conocer la realidad a la que deben enfrentarse (Alarcón et al., 2005).

Y con estos datos, dará́ lugar la segunda etapa, donde el psicólogo preparará a la familia para la situación a la que debe enfrentarse, con lo que se va a encontrar (Losada, 2004).

Conocer las posibles reacciones es importante, anticipar su posible presencia y su normalización en la expresión, de tal manera que normalizamos los síntomas y le damos legitimidad (Lillo et al., 2004).

Fase 6: El momento de la identificación del cadáver

Una vez elegido la persona que llevará a cabo la identificación del fallecido y preparado para la situación, se acompaña al familiar a la sala destinada para la identificación. Es importante que los familiares no entren solos al reconocimiento, puesto que es preferible que estén acompañados por el psicólogo con el fin de proporcionar un soporte emocional (OPS, 2004).

En la sala de identificación, el psicólogo debe retirarse lo suficiente como para permitir privacidad y a la vez cercano para ofrecer asistencia.

Debe permitirse tocar el cuerpo si eso es lo que finalmente desea, promoviendo las condiciones mínimas de comodidad y garanticen la atención humana (OPS, 2009).

Fase 7: Asistencia psicológica post-identificación del cadáver

Tras la finalización de la rueda de reconocimiento es importante promover un espacio de desahogo, por lo que se trata de dirigir u orientar hacia la expresión de sus emociones.

Es importante explicar los beneficios de hablar de la experiencia siguiendo reglas básicas como escuchar, mostrar interés, respeto, confianza, muestra de afecto, no interrumpir, no aconsejar, no interpretar no juzgar ni criticar (Privado et al.,2007).

Se debe invitar a la persona a relatar lo que ha pasado, permitiendo la expresión de sus vivencias y emociones durante el evento.

En dicha comunicación es importante atender a signos de peligro como ideas de suicidio (Lillo et al., 2004).

Las pautas psicológicas varían en función de la persona, puesto que los estilos de afrontamiento varían. Por eso es importante ofrecer un trato individualizado y personalizado.

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Acerca del autor:

Sonia García Barrera
Psicóloga general sanitaria, experta en igualdad de género en el entorno laboral. Actualmente participa en la investigación “Habilidades de comunicación y la humanización de la relación profesional sanitario-paciente en profesionales de la salud del Servicio de Oncología del Hospital Rey Juan Carlos: un diseño de evaluación e intervención”. Alumna del Máster psicología Forense en ISEP.

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