¿Qué son las altas capacidades?
Definir la Altas capacidades (AACC) supone un desafío y es altamente complejo debido a la falta de consenso universal.
La visión de la alta capacidad como constructo dicotómico basado en el factor G de Spearman, que está o no presente, como único componente genético y estable a lo largo del tiempo (Warne, 2016), ha evolucionado a una perspectiva mucho más amplia. Actualmente se considera la alta capacidad como un constructo multifactorial, con componentes cuantitativos y cualitativos como son la creatividad y el estilo de aprendizaje sujeto al cambio y al desarrollo según la experiencia.
Teniendo en cuenta esta evolución en la definición de la alta capacidad, la Organización Mundial de la Salud especifica el punto de corte de una capacidad cognitiva general superior en una PT mínima de 130.
A su vez, culturalmente y dependiendo del país, existen diferentes formas de referirse a personas con aptitudes de un nivel superior: Alumno con talento, creativo, con alto rendimiento curricular, con maduración precoz, genio, brillante o excepcional entre otros.
La Doctora Silvia Sastre-Riba, 2016, catedrática de Psicología evolutiva y de la Educación de la Universidad de la Rioja, presenta una definición interesante que recoge esta dimensión multifactorial de la alta capacidad: “La alta capacidad intelectual se manifiesta en unos perfiles intelectuales multidimensionales de Superdotación o Talento, configurados por distintos componentes, con un funcionamiento diferencial en la resolución de tareas, funcionamiento ejecutivo y de aprendizaje. Esto significa que estas personas piensan, comprenden, y conocen de manera diferente cuantitativa, pero sobre todo cualitativamente respecto a los aprendizajes típicos”.
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Características clínicas de las Altas Capacidades
Onandia y del Olmo, 2023, realizan una revisión sistemática acerca de la neuropsicología que define las AACC (Altas Capacidades):
- Percepción sensorial: Mayor sensibilidad perceptiva en todas las modalidades sensoriales.
- Habilidades psicomotoras: Precocidad en cuanto a los hitos psicomotores: sedestación, gateo, marcha autónoma independiente, así cono en la coordinación oculo-manual mostrada.
- Lenguaje: Peyre et al, 2016, establecen la precocidad del lenguaje como un fuerte predictor de las AACC, así como un desarrollo temprano del aprendizaje del proceso lecto-escritor.
- Atención: Mejor capacidad para detectar los estímulos irrelevantes y fundamentales para la realización de la tarea, así como en mantener la concentración en la misma durante un largo periodo de tiempo.
- Memoria: Alto recuerdo de estímulos visuales y auditivos a corto y a largo plazo con la habilidad de relacionar las nuevas experiencias con el conocimiento adquirido previamente.
- Funciones ejecutivas: En este aspecto, y teniendo en cuenta la gran heterogeneidad y variabilidad de las AACC y de las funciones ejecutivas, existen resultados contradictorios en cuanto a la flexibilidad y la planificación. Sin embargo, sí que parece que existe un mejor rendimiento en el componente verbal y visoespacial de la memoria de trabajo muy relacionado con la riqueza en el léxico que muestran.
- Metacognión: Desde edades muy tempranas, a los 3 años, muestran una activación precoz en la corteza cingulada anterior, la cual está relacionada con la capacidad para responder y afrontar los conflictos según las experiencias previas vividas.
- Cognición social: Elevado nivel de conciencia crítica y moral sobre las situaciones y empatía acorde con un desarrollo temprano de la Teoría de la Mente.
Modelos de alta capacidad
Modelo de los Tres anillos
Renzulli, 1970 Es el demonimado “Modelo de los Tres anillos”, en el cual destaca que las AACC queda definida en torno a tres anillos nucleares, y cuyo cumplimento de los tres criterios es necesario para establecer dicho diagnóstico:
- Capacidad por encima de la media respecto a su grupo de referencia.
- Compromiso y perseverancia por las tareas.
- Creatividad respecto a la originalidad y las propuestas de solución.
Sobredotación y el talento
Catelló y Battle, 1998 Proponen una clasificación de altas capacidades basada en la determinación de la sobredotación y el talento más allá del cociente intelectual. En este línea diferencian dos grupos de individuos excepcionales:
- Sobre dotados: Aquellos que son superiores inetelectualmente en toda la estructura general del intelecto.
- Talentosos: Individuos que muestran un rendimiento sobresaliente en algún factor del intelecto general por ejemplo en memoria de trabajo o en velocidad de procesamiento o no necesariamente cognitivas, con un percentil superior a 95 en una prueba o en varias que superan el 80, lo cual es denominado talento complejo.
La prevalencia de la alta capacidad varía en función del modelo empleado en su identificación. Esto sucede en el caso de España cuyos criterios para su diagnóstico cambian según La Comunidad Autónoma a la que pertenezca el alumnado. De esta forma, la Comunidad de Madrid se rige por el modelo de Renzulli, mientras que en otras como Andalucía y País Vasco se rigen por el de Castelló y Batelle.
Comorbilidad en personas con Altas Capacidades
Generalmente, cuando se habla de alta capacidad, se tiene en cuenta la excepcionalidad que muestra el alumnado respecto al rendimiento académico, la cognición y la emoción. No obstante, existe la posibilidad de que esto no confluya y haya áreas en las que muestre déficits comórbidos con Trastornos del Neurodesarrollo. A esta particularidad se le denomina “Doble excepcionalidad”. Todo hace que cobre más relevancia la necesidad de incluir protocolos de evaluación integradores que cuente con un equipo multidisciplinar desde el ámbito educativo y clínico y que explore todas las funciones neurocognitivas. Las relaciones más estrechas se encuentran en:
- AACC y TDAH: Pfeiffer, 2015 señala las características de estos niños en los que conviven ambos diagnósticos. Así presentan niveles más altos de creatividad, motivación general por lo académico pero con un elevado nivel de perfeccionismo, mal manejo de las emociones con inadecuada tolerancia a la frustración, disposición para rendirse ante las tareas académicas complicadas y un autoconcepto de baja ineficacia.
- AACC y TEA. Los niños con esta doble excepcionalidad presentan una capacidad cognitiva general muy superior, sobre todo en áreas relacionadas con el lenguaje comprensivo y la habilidad perceptiva, pero con una baja velocidad de procesamiento y déficits en habilidades sociales y emocionales.
- AACC y dificultades de aprendizaje. Para entender esta relación, se tiene en cuenta las variables no cognitivas que influyen en el rendimiento escolar, a pesar de mostrar una cognición muy superior respecto a la media dando lugar a fracaso respecto al aprendizaje de ciertos contenidos y destrezas. Son variables contextuales entre las que destacan: la elevada frustración respecto a la escuela, el apoyo familiar y la comprensión del docente.
Altas Capacidades ¿Ventaja o Desafío?
La precocidad mostrada de los niños con AACC en el dominio del razonamiento abstracto, lógico, creatividad, del uso del lenguaje y emocional, pueden considerarse una fuente de virtud que bien atendida y entendida desde edades tempranas suponen un potencial para el desarrollo efectivo personal, futuro laboral y social del individuo.
En este sentido, es frecuente encontrarse con un desequilibrio entre estos dos aspectos, lo cual es denominado “disincronía” (Terrasier, 2015). Estas discrepancias pueden dar lugar a problemas emocionales, conductuales, sociales y familiares. Por ejemplo, un alto nivel de perfeccionismo puede traducirse en una elevada autoexigencia que se manifiesta en una baja tolerancia a la frustración, y dificultades sociales con un posible aislamiento por parte de sus iguales por no saber cómo encajar esta excepcionalidad cognitiva con las habilidades comunicativas y sociales.
Supone, por tanto, un desafío para todos los profesionales y agentes implicados, como docentes, familia o neuropsicólogos, dar respuesta a las diferencias interpersonales e intrapersonales respecto a otros colectivos y lograr así un equilibrio entre lo cognitivo y lo afectivo para un desarrollo integral con gran impacto en su bienestar.
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