En esta ocasión contamos con la colaboración de nuestra ex-alumna Elena Rodríguez Calero, que nos aporta una visión general del trastorno de estrés postraumático desde un punto de vista profesional. Si quieres compartir tus conocimientos y experiencias en el sector de la psicología clínica, contacta con nosotros.
Os dejamos con la experiencia profesional de Elena.
Trastorno de estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) lo encontramos clasificado en el DSM-V en el grupo de los Trastornos de Ansiedad. Este aparece como respuesta a una situación traumática (altamente estresante), dando como resultado una incapacidad para el funcionamiento de diversas áreas de la vida después de la exposición a este evento traumático.
Podríamos decir que nos encontramos ante grupos de riesgo cuando los perfiles son personas afectadas por una guerra (ya sean combatientes, militares o civiles), víctimas de abuso sexual o físico, personas que han presenciado un evento que pone en riesgo su vida propia o ajena (atentados o accidentes, por ejemplo, de avión, tren…), atentados, personas involucradas en un desastre natural, etc.
La importancia de establecer un diagnóstico adecuado (TEPT)
Para el establecimiento de un diagnóstico es necesaria la presencia de síntomas específicos en respuesta al suceso traumático. Como ejemplo de estos tenemos:
– La reexperimentación persistente.
– Evitar los estímulos que se encuentran asociados al trauma.
– El aumento de la activación, así como un deterioro social, laboral o de cualquier otra área de importancia en la actividad cotidiana del individuo.
Todas estas alteraciones y síntomas deben prolongarse durante más de un mes.
En este caso la línea de abordaje será desde la Terapia Cognitivo Conductual, aplicada por un psicólogo especializado. Este tipo de terapia nos ayudará a la modificación de pensamientos, emociones y comportamientos ligados al TEPT, pudiendo facilitar así el manejo del pánico, la ira y la ansiedad.
Crear alianzas terapéuticas entre psicólogo y médico
Es de gran importancia resaltar que, en determinados casos, para una intervención terapéutica efectiva, es necesaria una combinación entre el psicólogo y el médico ya que el paciente puede necesitar tanto psicoterapia como prescripción farmacológica.
En cuanto a un plan terapéutico en un TEPT, podemos establecer determinadas técnicas que normalmente utilizaremos en diversos pacientes con esta patología. Destacar que es de gran importancia el establecer una adecuada alianza terapéutica, ya que esta posibilita y facilita la aplicación de las técnicas de rehabilitación. Esta debe empezar a forjarse desde la primera consulta.
Tras la recogida de información y una vez establecido el diagnóstico, lo primero que debemos hacer con el paciente es la psicoeducación respecto a la patología y a la terapia que se va a seguir. Entre otras funciones, la reducción de incertidumbre dará como resultado una disminución de la ansiedad a la impredictibilidad del tratamiento y al desconocimiento de la patología.
Otra de las tareas a realizar con el paciente es el entrenamiento en respiración. En este caso utilizaremos la diafragmática, la cual será de gran ayuda a la hora de reducir la activación fisiológica y por lo tanto en el afrontamiento de la ansiedad.
El entorno y rutinas, claves en el trastorno de estrés postraumático
También debemos destacar lo esencial que resulta ante este trastorno el contar con una red de apoyo emocional, así como la expresión emocional que tenga el paciente ante dicha red: familia, amigos, conocidos… incluso compañeros de trabajo.
Además de lo mencionado anteriormente, otra técnica utilizada en el TEPT suele ser la activación conductual, ya que cuando el paciente acude a consulta suele haber dejado de realizar actividades, como pueden ser salir con amigos, leer… descuidando su aspecto físico y psicosocial. El objetivo es que vaya recuperando progresivamente esas actividades que le ayuden a sumergirse de nuevo en la cotidianidad.
En estos casos es bastante recurrente la reestructuración cognitiva, ya que tiene como objetivo reducir el malestar emocional mediante la identificación, evaluación y modificación de las creencias disfuncionales, así como ayudar al paciente a generar nuevas creencias más realistas sobre su capacidad de afrontamiento y de la situación, relacionadas con el suceso traumático.
La técnica de la exposición en este tipo de pacientes es elemental: nos ayudará a la reducción de conductas de evitación (detectadas previamente) y también a que el paciente comprenda que los estímulos, lugares, actividades… etc. en realidad no son objetivamente peligrosos en el presente. Con dicha técnica pretendemos facilitar el “reprocesamiento”, lo que reducirá un amplio rango de las emociones negativas relacionadas con el TEPT.
Adecuar la combinación de técnicas para cada paciente
A modo general, las técnicas citadas hasta este momento suelen ser las más comunes en pacientes con trastorno de estrés postraumático (TEPT), pero tenemos que resaltar que a cada paciente se le adaptará una terapia específica. Aun utilizando técnicas concretas, en un caso determinado puede sernos de utilidad el aplicarlas de un modo y en otro paciente deberemos de llevarlo a cabo de otro para que funcione. También comentar que además de estas, en función de lo valorado y evaluado por el psicólogo clínico, emplearemos más técnicas nuevas, por ejemplo, un entrenamiento en habilidades sociales.
Para finalizar, apostillar que en esta misma web podéis encontrar mi tesina donde se desarrolla un caso clínico completo, con un desarrollo más profundo y amplio; tiene como título “Trastorno de estrés postraumático desde un caso clínico” o más en el blog personal
Muy interesante articulo Elena, muchas gracias por compartir tu experiencia y conocimiento.
Saludos cordiales.
Genial el artículo! Gracias por la información. Muchas veces se comete el error de no asociar la ansiedad que padece la persona con un estrés postraumático, cuando en realidad el foco del problema viene precisamente de ese trauma no superado.