La terapia asistida con animales supone el uso de animales como herramienta terapéutica para ayudar a personas en procesos de recuperación del equilibrio en sus vidas.
¿Qué es la terapia asistida con animales?
La terapia asistida con animales no es una iniciativa recreativa, aunque el juego que se establece con los animales y que se estimula en los pacientes pueda parecerlo. Se trata de un proceso personalizado, que tiene finalidades terapéuticas específicas, que busca mejorar las consecuencias de discapacidades físicas, cognitivas o emocionales en los pacientes. Muchos pacientes de hospitales o personas mayores residentes en hogares de ancianos, niños con cáncer o con síndrome de Down, se benefician de esta terapia.
La terapia asistida con animales y el papel de los perros
Pero ¿por qué perros y no otros animales en la terapia asistida con animales? Es cierto que los caballos y los gatos son animales recomendados para la realización de dicha terapia, pero son los perros, con mucha diferencia, los que más se usan en estos tratamientos. El motivo no es otro que ese vínculo de confianza mutua que resulta siempre más fácil de establecer entre perros y personas. Así pues, los perros de terapia consiguen marcar una diferencia en las vidas de las personas con las que interactúan.
¿Qué aportan los perros al proceso terapéutico, qué conductas se aplican con ellos?
En ese sentido, los perros de terapia no son canes cualesquiera, sino que son animales certificados, elegidos, y entrenados para desarrollar un modelo de interacción con los pacientes que ayude a mejorar su estado. Los perros de terapia pueden ayudar a levantar el ánimo del paciente con su sola presencia, con el vínculo emocional que se crea y facilitar mucho la recuperación.
Entrenamiento canino en la terapia asistida con animales
Algunos perros han sido enseñados a dejarse pasear, otros están muy bien adaptados para permanecer tranquilos junto a los pacientes dejándose acariciar y otros pueden estar mucho tiempo sentados junto a un niño que lee un cuento. A veces, lo que marca la diferencia es cuidar al animal, tomar la responsabilidad de sus cuidados, ponerle de comer y de beber o peinarlos. Aún más, algunos perros de terapia tienen sus propias discapacidades y hasta limitaciones físicas, por lo que llegan a servir de inspiración para los pacientes.
Pero en último término ¿qué sienten los pacientes que hacen terapia asistida con animales? Pues algunos perciben al perro como un complemento, otros se sienten acompañados y hasta reconfortados con su presencia.
Elección de perros de terapia
Pero no todos los perros valen para la terapia asistida con animales. Los animales candidatos son los que por su naturaleza tienen un temperamento amigable y se llevan bien con personas y con otros animales. El perro debe ser confiado, paciente, tranquilo, receptivo al aprendizaje del entrenamiento y debe desenvolverse bien en todo tipo de ambientes. La sociabilidad es una condición básica. No así la raza, la edad o el tamaño del animal.
El perro no actúa solo en la terapia. Forma equipo con un especialista en terapia asistida con animales y no siempre es el dueño del perro. Ambos han de entrenarse en un programa de terapia asistida con animales común y, formar un equipo ganador en el que la victoria es buen trabajo de acompañamiento que aporte una deseada recuperación del equilibrio perdido.
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