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La lectura y la activación cerebral en niños pequeños

Máster en logopedia educativa

La lectura es la actividad, por excelencia, que nos acerca a la información, la cultura, el mundo de la ficción y la fantasía, por tanto, nos permite adquirir conocimientos y desarrollar nuestra creatividad.

La importancia de la lectura en los niños se basa en sus beneficios a la hora de estudiar y adquirir conocimientos. La colaboración de los padres es necesaria para impulsar el proceso de aprendizaje.

El doctor John S. Hutton, del Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati, en Ohio, realizó una investigación con  imágenes de resonancia magnética funcional para analizar la estimulación cognitiva en el hogar y el cerebro de los niños en edad preescolar, encontrando patrones de activación distintos entre los niños a los que les leían en casa frente a aquellos a los que nadie les leía.

El experto estudió a 19 preescolares de entre 3 y 5 años, incluidos siete niños de hogares de bajos ingresos. Sus cuidadores primarios respondieron sobre el tiempo que dedicaban a leer a los niños, el acceso a libros en el hogar y la interacción entre padres e hijos (conversación, juego, enseñanza de números y formas).

A la muestra de niños se le hicieron resonancias mientras escuchaban cuentos para la edad a través de auriculares. Las imágenes detectaron cambios del flujo de sangre rica en oxígeno en el cerebro, un indicador indirecto de la actividad cerebral.

Cuanta más lectura en el hogar referían los cuidadores, más actividad detectaba Hutton y sus investigadores en los lóbulos parietales, que son las áreas del cerebro infantil que trabajan para darle significado al lenguaje (comprensión de lo que se escucha y de lo que se lee).

Además, el equipo detectó la activación de ciertas áreas de los lóbulos occipitales importantes para la visualización, señalando que probablemente, se deba a la tarea de imaginar lo que sucede en el cuento, por lo que, los niños que reciben lectura en casa tienden a tener más experiencia en formar una idea de lo que escuchan.

A partir de estos resultados, los especialistas en el área de lenguaje, logopedas, psicopedagogos y educadores, deben hacer un trabajo importante para reforzar a los padres la importancia de leerles cuentos a sus hijos con regularidad y conversar con ellos más allá de lo que relata cada hoja del texto, destacando que leer permite:

– Instruirse y aprender
– Crecer
– Pasar un buen rato
– Pensar y reflexionar
– Viajar
– Conocer otras formas de pensar
– Afirmar la personalidad
– Relajar tensiones
–  Informarse

Tips para que profesionales de la educación y la logopedia puedan motivar a los niños a leer, hayan o no tenido este hábito en casa:

– Un niño no digiere cualquier libro. Si no comprende lo que lee, no desarrollará una auténtica actividad de lector, por tanto, necesita un texto a la medida de sus capacidades, adaptado a su sensibilidad, que tenga en cuenta su lenta progresión.

– Para acompañar a un lector que empieza, es preciso conocer sus gustos. Animales, brujas, la prehistoria… La propuesta debe ser amplia y variada. Si un niño está fascinado por un tema, decidirá voluntariamente detenerse en comprender el texto, ayudado por las imágenes.

– Al principio conviene seguir leyéndole los textos, porque su lectura es dificultosa y lenta y puede acabar cortando la comunicación.

– No se debe confundir la lectura escolar, que es un ejercicio de progresión, y la lectura-placer. En la lectura-placer se puede equivocar, interpretar mal el sentido. No importa. Él solo se corregirá.

– Dejar los libros a la vista y a mano: que los puedan coger cuando y como quieran. Dejadles que inventen, que exploren los libros, que los lean desordenadamente. La curiosidad es uno de los mayores regalos que puede tener un niño.

– Cuando no saben leer y fingen que están leyendo en alto, hay que dejarles. Los dibujos estimulan su imaginación y el gusto de tener un libro en las manos.

-Contarles cuentos: ayuda a los niños a estar concentrados, a querer saber el final y les crea dependencia de futuras historias. Cuando sean más mayores buscaran esas historias en los libros.

-Si el niño es reticente, no hay que forzar, pero sí incentivar, por ejemplo “si lees cinco minutos conseguirás algo que deseas, o te dejaré colorear (si es una tarea agradable para el niño en cuestión).

-Promover la lectura en alto porque ayuda a la pronunciación y sintaxis. Sin embargo, cuando estén leyendo en alto no corregir: a veces se atascan en una palabra o la leen mal. Mejor dejar que sigan su ritmo. Hay que superar la tentación de corregirlos, pues puede desanimarles. Una vez concluyan la lectura, entonces sí se puede proceder a repetir con ellos las palabras en donde se equivocaron durante la lectura.

Con el máster para logopedas de ISEP, especializado en logopedia educativa (Máster de especialización en logopedia educativa), como profesional de la logopedia podrás reforzar las competencias específicas necesarias para realizar una correcta detección, evaluación e intervención en las posibles alteraciones del lenguaje, habla, comunicación, voz e incluso de las disfunciones en la deglución, gracias a una formación eminentemente práctica y basada en casos clínicos.

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Acerca del autor:

Maribí Pereira
Psicóloga general sanitaria de adolescentes y adultos. Especialista en Psicología Clínica y de la Salud. Con un enfoque terapéutico cognitivo conductual, integrador, trabajando las habilidades emocionales para promover el cambio en pensamientos y conductas poco adaptativas, ISEP Clínic, Barcelona y consulta propia. Directora del departamento de Proyectos Formativos de ISEP Formación. Docente, tutora de prácticas y trabajos finales de máster en los programas formativos de Psicología Clínica y de la Salud, Terapias de Tercera Generación y Neurociencia, neuro talento y coaching empresarial, de ISEP Formación.

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