Una de las metas primordiales en la atención médica oncológica es la calidad de la comunicación humana, pero si esta comunicación es deficiente la posibilidad de conflictos se verá incrementada. Un alto porcentaje de las quejas y los conflictos médicos tienen como base la mala calidad de la comunicación efectiva lo que genera una mala relación entre el médico y el paciente oncológico, se merma la adaptación al tratamiento por parte del enfermo y se eleva la insatisfacción del médico.
En la vida cotidiana la comunicación efectiva es una habilidad fundamental para el óptimo desarrollo de nuestras relaciones personales, es el elemento que nos permite establecer, mantener y mejorar el contacto con los demás y con nosotros mismos, cuyo objetivo es alcanzar un resultado adecuado y especifico.
Durante muchos años la mala calidad de la comunicación ha sido una constante en el grupo medico la cual afecta de manera adversa el cuidado del paciente, la dificultad de no hacerlo bien, el no tener la preparación adecuada para comunicarse, el miedo a ser acusado o a causar dolor entre otros, son algunas de las dificultades a las cuales los profesionales de la salud se enfrentan para poder brindar una comunicación efectiva.
Una forma de buscar una solución a la problemática de la comunicación poco efectiva es la búsqueda de la empatía, ya que con esto se facilita el cumplimiento terapéutico en el tratamiento y resulta imprescindible para el correcto manejo de enfermedades como el cáncer.
En muchos manuales y guías médicas encontramos que la empatía es sinónima de lograr una buena comunicación. Esto pudiera confundirnos al responder que una buena comunicación es brindar un diagnóstico adecuado o responder a las preguntas del paciente, o estar libres de conflictos en la relación médico – paciente. ¿Pero realmente basta con dar respuesta a las preguntas e inquietudes del paciente para lograr una comunicación empatía adecuada? ¿Qué es realmente la empatía? ¿Realmente logramos empatizar con los pacientes oncológicos como profesionales de la salud en nuestra práctica activa?
La empatía requiere entender las emociones de otra persona o un punto de vista muy íntimo, no significa que tenemos que tener algo íntimo con el paciente, pero si tener la capacidad de entender lo que piensa y lo que siente. Es decir debemos de lograr desarrollar habilidades para crear una conexión con el paciente, pero para conseguirlo debemos conectarnos con algo dentro de nosotros que se asemeje al sentimiento o demanda del paciente. Entonces así podremos entender y comunicarnos de manera efectiva con el paciente.
Una parte primordial para lograr empatía es respetar y entender la perspectiva que vive el paciente como algo real, debemos recordar que el cáncer es una enfermedad que altera la vida del paciente y no meramente el orden físico y emocional, sino también en el aspecto económico y social por lo que el intercambio de ideas y preocupaciones ajenas a la enfermedad son también puntos importantes a considerar en el proceso de comunicación.
Otro aspecto fundamental en el logro de la empatía se basa en no juzgar al paciente, debemos respetar las creencias personales y espirituales del paciente. Es decir, como profesionales de la salud debemos reconocer y respetar estas creencias aun si estas obstruyen el tratamiento médico.
El escuchar de manera activa, el óptimo manejo de la información y los espacios, respetar el llanto y el silencio del paciente y, sobre todo, entender que el paciente tiene el control de la enfermedad y no el grupo médico, es decir, comprender las decisiones del paciente es también una forma efectiva de lograr una comunicación efectiva y empática con el paciente.
Tal vez esto último es una de los grandes obstáculos en el logro de la empatía, el tener la capacidad de respetar la decisión del enfermo en cuanto a su enfermedad. Debemos entender que este es participe de los procesos que con lleva, por lo tanto, el profesional de la salud debe de entender que esto es un derecho del paciente, que debemos reconocer nuestros límites como profesionales y recordar que nuestra labor es hacer algo con el paciente y no solo hacer algo al paciente.
Por lo tanto la importancia de la búsqueda de la empatía en la dinámica de la comunicación medica ya que encontraría sus beneficios en una relación más humana entre el médico y el paciente oncológico, se presentarían menos conductas de victimización y rechazo por parte del enfermo, menos situaciones de conflicto y se encontraría una percepción de confianza y adaptación positiva al tratamiento médico por parte del paciente.
