La exposición gradual y sistemática es una de las técnicas más eficaces para el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Tradicionalmente esta se aplicaba en vivo o a través de la imaginación pero, pese a los buenos resultados, sobre un 25% de los pacientes rechazan la exposición o abandonan el tratamiento (Marks, 1992). Para reducir este porcentaje deben encontrarse nuevas formas de aplicar la técnica de la exposición y una de ellas es la realidad virtual (RV), la cual permite simular una situación en la que el paciente puede interactuar con los elementos reales que le generan ansiedad.
El hecho que la situación sea una simulación, no sea real, en muchos casos favorece que el paciente acepte mejor la exposición. Un estudio realizado por la Universitat Oberta de Catalunya avala esta afirmación, dado que preguntaron a una muestra de personas que puntuaban alto en un cuestionario de miedo a las arañas por sus preferencias sobre la exposición en vivo frente a la exposición virtual, y la gran mayoría (alrededor del 85%) elegían la exposición virtual (García-Palacios et al., 2001).
Todos los estudios apuntan que la exposición virtual es más eficaz que una condición control; es igual de eficaz que el componente de elección para aplicar la exposición (la exposición en vivo); y que los logros se generalizan de las situaciones virtuales a las situaciones reales. Además, se mantienen a largo plazo.
Ventajas de la realidad virtual
– Permite repetir la misma tarea de exposición sin modificar sus parámetros. Por lo que un paciente puede exponerse a una situación concreta varias veces en una sola sesión.
– Se puede realizar la exposición en la misma consulta. Esto ayuda a proteger la intimidad del paciente.
– Las situaciones se pueden graduar según las necesidades del paciente sin esperar a que estas sucedan en la vida real.
Algunos ejemplos de la utilidad de la RV como herramienta para aplicar la exposición:
– Tratamiento de la claustrofobia, recreando un mundo virtual con varios escenarios como habitaciones con ventanas y puertas que se pueden abrir y cerrar, con habitaciones sin ventanas que pueden reducir su tamaño y bloquear la salida, ascensores de distintos tamaños y en situación de avería, etc.
– Tratamiento de la agorafobia, diseñando escenarios típicamente agorafóbicos como el autobús, el metro o el tren, un túnel o centro comercial, etc. Y a estos, se les puede sumar síntomas fisiológicos mediante efectos visuales y de sonido para recrear situaciones lo más reales posibles. En este caso, estudios recientes indican que la exposición virtual es igual de eficaz que la exposición en vivo (Botella, et al., en prensa y Anderson et al., 2004).
– Tratamiento de la fobia a volar, simulando tres espacios relacionados con el hecho de volar como es la preparación de las maletas en una habitación de un hotel, el aeropuerto y el mismo vuelo (con despegue, vuelo y aterrizaje de día y de noche y con inclemencias meteorológicas opcionales).
– Tratamiento de la fobia a las arañas y a otros animales, recreando espacios reales dónde podría nuestro paciente encontrarse con el animal (si es una araña podría ser en una habitación de casa o el jardín, si es un perro, el parque, un ascensor o la misma calle).
El Máster en Terapias de Tercera Generación y aplicación de las Nuevas Tecnologías en el Tratamiento Psicológico te capacita para realizar intervenciones eficaces en el tratamiento de los principales trastornos de conducta bajo el prisma de las Terapias de Tercera Generación y con la ayuda de las TIC.