Musicoterapia: El Auge de una Profesión Respaldada por la Ciencia

Qué es la Musicoterapia

Según la World Federation of Music Therapy (2011), la musicoterapia es una disciplina terapéutica que utiliza la música y sus elementos (sonido, ritmo, melodía, silencio y armonía) para promover, mantener y restaurar la salud física, emocional y mental de las personas. Esta práctica se fundamenta en la idea de que la música es un medio de expresión y comunicación para lograr objetivos no musicales. Los y las musicoterapeutas, son profesionales formados académicamente en este campo para realizar intervenciones musicales personalizadas teniendo en cuenta los intereses, las posibilidades y las necesidades de salud en individuos de todas las edades.

La musicoterapia, como fusión de la música y la terapia, es a la vez un arte, una ciencia y un proceso interpersonal. Es importante que esta disciplina sea concebida de modo que abarque esta multiplicidad y al mismo tiempo conserve su integridad. (Bruscia, 2007)

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Bases Científicas y Teorías que Sustentan la Musicoterapia

Numerosas investigaciones científicas han demostrado que la música y la musicoterapia tienen efectos positivos en el ser humano (Aguilar, 2006; Arias, 2007; Colegrove, et al., 2019; Custodio, et al., 2017, Davis, et al., 2000, Poch, 2011). La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales, también es clave en la musicoterapia (Jurado-Novoa, 2018). Estudios realizados confirman que la música y sus elementos (ritmo, armonía, melodía), tienen impacto a nivel cerebral estimulando –entre otros – los recuerdos, entrenando la memoria y una serie de aspectos cognitivos y emocionales que resultan beneficiosos para ralentizar la pérdida de determinadas funciones (Raglio, 2014; Vannay, 2022).

Otra teoría relevante es la que postula que la música puede modular los niveles de arousal (estado de alerta) de la persona, ya sea calmando o estimulando el sistema nervioso (Solsona, 2018). Además, la teoría de la comunicación no verbal sostiene que la música puede servir como un medio de expresión para aquellos que tienen dificultades para comunicarse verbalmente, facilitando la expresión de sentimientos y pensamientos profundos (Kim, 2016).

Beneficios Terapéuticos de la Musicoterapia

La mayoría de las personas reconocen los beneficios de la música para calmar y/o motivar. Muchas la habrán experimentado en primera persona a través de vivencias propias. En musicoterapia dichos beneficios son amplios y variados. Algunos de los más destacados incluyen:

• Reducción del estrés y la ansiedad en donde la música induce un estado de relajación, disminuyendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés. (Wigram, 2011)
• Mejora del estado de ánimo a partir de la escucha y la participación en actividades musicales diseñadas en un programa de musicoterapia específico, pueden elevar los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores asociados con el bienestar y la felicidad (Summer, 2010).
• Estimulación cognitiva mediante actividades musicales que pueden mejorar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas, especialmente en personas mayores o en aquellos con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer (Thaut, 2016).
• Mejora de la comunicación con individuos con trastornos del habla y del lenguaje, la musicoterapia puede facilitar la expresión y la comprensión verbal y no verbal (Vaillancourt, 2009).
• Gestión del dolor a partir de técnicas musicales y la adaptación del método Priestley en musicoterapia puede disminuir la percepción del dolor en mujeres con fibromialgia y mejorar su autoestima. Resignificando la sensación dolorosa y dotando de herramientas de estrategia ante la situación crónica (Vannay, et al, 2023).
• Mejora de la motricidad a través del ritmo y el movimiento. La musicoterapia ayuda en la rehabilitación física y en la mejora de la coordinación motora (Thaut, 2016).

Aplicaciones Clínicas de la Musicoterapia

En la práctica clínica es importante, tanto si se trabaja en salud, educación, servicios sociales o áreas más especializadas, tener definidos los criterios de derivación y las áreas de necesidades para las que la musicoterapia puede ser de ayuda y ofrecer una intervención potencialmente eficaz, y ser capaz de hacer recomendaciones concernientes a la duración de la intervención (Wigran et al., 2011 pp.161).

La musicoterapia se aplica en una amplia gama de contextos clínicos, tanto individual como grupal y/o familiares (Bruscia, 2007; Davis et al., 2012) incluyendo:

• Centros de Salud Mental con programas específicos para pacientes con trastornos de ansiedad, depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia y otros problemas de salud mental.
• Rehabilitación física con intervenciones musicoterapéuticas dedicadas a ayudar a personas en recuperación de accidentes cerebrovasculares, lesiones traumáticas y otras condiciones que afectan la movilidad.
• Hospitales, servicios de oncología y cuidados paliativos con propuestas para el alivio del dolor y apoyo emocional a pacientes con enfermedades crónicas o terminales, entre otros.
• Geriatría a través de programas con el objetivo principal de mejorar la calidad de vida en el envejecimiento activo y también en aquellas personas con demencia o Alzheimer, mediante la estimulación cognitiva y emocional.
• Educación especial con sesiones de musicoterapia que benefician tanto a la infancia como la adultez con autismo, trastornos del aprendizaje y otras diversidades funcionales, promoviendo la comunicación y las habilidades socioemocionales.
• Centros de rehabilitación de adicciones a partir de intervenciones estratégicas y sistematizadas para ayudar a pacientes a manejar el estrés y las emociones durante el proceso de recuperación.

Estos son algunos de los contextos clínicos en donde se puede utilizar la musicoterapia con un musicoterapeuta profesional que realiza una valoración inicial, detecta los objetivos terapéuticos, diseña el tratamiento, selecciona la metodología y realiza la evaluación del proceso. Naturalmente, los objetivos y métodos varían de un escenario a otro, de un musicoterapeuta a otro (Bruscia, 2007).

Algunos Casos de Éxito en el Uso de la Musicoterapia

Existen numerosos casos documentados que demuestran el éxito de la musicoterapia como disciplina con evidencia científica. Uno de los más notables es el uso de la música en pacientes con Alzheimer que mostró que la música puede despertar recuerdos y emociones en pacientes con Alzheimer avanzado, mejorando su estado de ánimo y su interacción social (Raglio, et al., 2014).

Dinámicas como cantar, improvisar, crear canciones, escuchar melodías de su juventud, hacer percusión instrumental y/o corporal como así también, realizar ejercicios de discriminación auditiva permite llevar ese entrenamiento a otras tareas que repercuten en la vida diaria. Esto facilita una amplia gama de resultados terapéuticos en el desarrollo y la rehabilitación (Vannay, 2022)

Otro de los casos exitosos es a nivel hospitalario, donde se ha demostrado que la musicoterapia se ha utilizado para reducir la ansiedad y el dolor en pacientes sometidos a procedimientos médicos. Los resultados han sido impresionantes, con una reducción significativa en la necesidad de analgésicos y una mejora general en el bienestar de estos.

En el ámbito de la salud mental, la musicoterapia ha sido eficaz en el tratamiento de personas con trastorno de estrés postraumático. La música y la sistematización de un programa musicoterapéutico, ha ayudado a estos individuos a procesar traumas y a mejorar su calidad de vida, proporcionando herramientas para la gestión emocional, el desarrollo de la creatividad y fomento de la autoestima.

La musicoterapia está en auge, respaldada por una creciente evidencia científica y una amplia aceptación en diversos campos de la salud. Sus beneficios terapéuticos y aplicaciones clínicas la convierten una disciplina valiosa para mejorar la calidad de vida de muchas personas, consolidando a esta profesión cada vez más respetada y demandada.

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