Una vocación compartida
Marisa González (Madrid, 1975), es pedagoga, psicopedagoga y psicóloga. Amante de los festivales de música y los musicales, tiene más de 25 años de experiencia en la gestión de centros de formación superior universitaria y no universitaria.
Aterrizó en ISEP Madrid como directora en 2010. En 2015 fundó PsicoEmprende, una consultora que ayuda a desarrollar iniciativas empresariales de nuevos psicólogos.
En 2021 fue nombrada directora general de ISEP, con el objetivo de liderar el Instituto Superior de Estudios Psicológicos tras el nuevo mundo que dejó la pandemia. ¿El gran reto? Formar con éxito a los profesionales que cuidarán la salud mental y educarán a los profesores de las próximas generaciones.
¿Qué es el Instituto Superior de Estudios Psicológicos hoy?
Para comprender qué es ISEP hoy debemos irnos a los orígenes. Primero fuimos un gabinete de intervención. Después maduramos hacia una escuela de formación con el objetivo de atender a toda la población ofreciéndole diferentes corrientes de intervención psicológica.
Gracias a esa tradición de experiencia acumulada, hoy somos un instituto muy reconocido porque cubrimos todos los ámbitos de intervención de los psicólogos y educadores.
ISEP intenta estar siempre a la vanguardia para responder con excelencia a dos tipos de usuarios: nuestros alumnos, que quieren ver cumplidas unas expectativas de formación; y nuestros pacientes, con quienes tenemos una responsabilidad.
Somos un referente en el mercado de habla hispana gracias a nuestro reconocimiento también en Latinoamérica en salud mental en la formación en el ámbito de la psicología. Fuimos la primera escuela en España que tuvo el mayor número de programas vinculados a la formación de psicólogos.
Yo recuerdo que los primeros años éramos los únicos que ofrecíamos formación en psicología. Teníamos grupos de 50 a 60 alumnos: es decir, eran aulas en las que realizábamos promociones porque no había nadie que ofreciera esta posibilidad en España.
Hoy afortunadamente existen más escuelas que lo ofrecen. Es increíble cómo ha ido creciendo la necesidad de formar especialistas en psicología. Podemos considerar un éxito colectivo la toma de conciencia de lo importante que resulta la formación de los profesionales en salud mental.
¿Cuál es la misión y visión de ISEP, y cómo se reflejan en la oferta educativa?
Queremos seguir siendo un referente y abrir camino a nuevas profesiones dentro del ámbito de la psicología.
Además de las salidas profesionales tradicionales (gabinetes, recursos humanos, colegios), los psicólogos tienen cabida en gran variedad de especialidades, como nutrición, deporte, tecnología y terapias de tercera generación.
Como visión, pienso en el dicho de “más vale prevenir que curar”. Los psicólogos peleamos por poner el foco en la prevención antes que en la intervención y para nosotros sería maravilloso tener pacientes cero: es decir, no nos gustaría tener pacientes.
«En ISEP nos gustaría tener personas que quieran cuidar, que apuesten por tener rutinas saludables para minimizar sus niveles de estrés y ansiedad; nos gustaría tener chavales que aprovechan al máximo su potencial; nos gustaría que no hubiera discriminación en el aula; nos gustaría que nadie se quedara sin la posibilidad de rehabilitarse o tener una segunda oportunidad.
Personalmente, me gustaría que no existieran servicios que atendiesen esas necesidades. ¡Imagínate que la prevención cubriera un espectro más grande de trabajo que la intervención!
Trabajar la prevención indica que una sociedad tiene en sus manos la posibilidad de que su población esté sana. Los profesionales de la psicología tenemos esa responsabilidad de realizar esa avanzadilla para cuando se detecte de manera precoz (algo en lo que podamos intervenir antes de que llegue el dolor, o antes de que llegue el momento en el que tengamos que entrar ya en terapia y en consulta).
¿Cuál ha sido el mayor logro de ISEP en los últimos años y cómo ha contribuido al avance del sector de la psicología, la educación y la logopedia?
El mayor logro de ISEP en estos años ha sido permanecer. En una sociedad líquida, en la que todo es tan efímero, una escuela con solvencia en el tiempo, siendo un referente durante más de 42 años, esto es un gran logro.
ISEP permanece sin perder su ADN, sin dejar de ser quiénes fuimos al principio. Porque no hemos hablado todavía de que no tenemos Másteres oficiales, sino que preparamos una oferta formativa que no está regulada: es decir, que la oferta formativa la regula la necesidad de nuestro usuario en consulta. Ese es el logro de ISEP.
Eso es lo que reconoce nuestro alumno: cuando entra en el aula, aprende lo que estamos haciendo y viendo en consulta . Ese es el mayor logro de ISEP.
Aquí los alumnos ven casos reales y se inspiran gracias a la vocación de los terapeutas, que primero son terapeutas y después profesores.
Lo que intentamos es que cuando los alumnos salgan de aquí se sientan seguros a la hora de abordar un paciente.
Y eso lo da el haber practicado mucho en el aula y que sus profesores sean profesionales que estén en activo. Si fuéramos una escuela que impartiera cursos universitarios no podríamos cumplir ese objetivo.
Con el aumento de la conciencia sobre la salud mental, ¿cómo ves la evolución del sector de la psicología en los últimos años y cuál consideras que es el papel de ISEP en este contexto?
Piensa que la carrera de Psicología es probablemente, después de Derecho, una de las más demandadas. Es una de esas profesiones que consideraríamos “oficio vocacional”.
No trabajamos por dinero, pero sí por el deseo de ayudar a cualquier colectivo. Muchos de nosotros o muchos de los alumnos que estudian psicología probablemente han vivido o en su propia persona o su entorno cercano alguna situación relacionada con la salud mental. Eso también les hace vincularse más o tener más sensibilidad hacia este sector.
Lo que intenta y siempre hemos intentado desde ISEP es dignificar la labor del psicólogo: es decir, darle de alguna manera un respaldo empírico basado en la evidencia.
Por esa razón todos nuestros Masters dicen que ofrecemos psicología basada en la evidencia. ISEP no trabaja en pseudociencias: no creemos en las cosas que no tienen un rigor científico y en estos últimos 40 años, insisto, desde ISEP hemos peleado por dignificar la labor del psicólogo, por lograr que su formación tenga una ética profesional y esté respaldada por un código deontológico para que lo que ejerza o imparta en su consulta esté fundamentado en evidencia científica.
¿Cómo ha evolucionado el enfoque de la psicología a lo largo de los años y cómo se refleja en los programas académicos de ISEP?
Igual que la intervención en psicología ha evolucionado en los últimos años abriéndose a otras corrientes, como la psicología integradora, más allá de la cognitivo conductual, ISEP también ha tenido que realizar esa misma evolución en sus programas.
Hoy las terapias, como la formación en psicología, está realizando un giro, poniendo el foco en el paciente y atendiendo a sus necesidades. La terapia ya no consiste en lo que sepa o no sepa hacer el terapeuta, sino en lo que el paciente o usuario del servicio necesite.
Entonces, ¿qué garantiza el éxito del proceso terapéutico del proceso de intervención?. La capacidad que tenga el terapeuta de adaptarse a las necesidades de su paciente o de su usuario.
Por eso es tan importante la especialización, porque muchas veces donde no llega un tipo de terapia o un proceso de intervención, debo tener la capacidad de reformularla para que el paciente alcance un éxito en su proceso terapéutico.
Sin menospreciar la terapia cognitivo conductual, que es el punto de partida de todas las terapias, estamos evolucionando hacia una terapia holística (centrada en las necesidades reales de los pacientes) e integradora de tercera generación.
El éxito de un proceso de intervención radica en que los equipos trabajen coordinados, igual que el psiquiatra tiene que trabajar coordinado con el psicólogo, cuando sobre un paciente trabaja un educador, un fisioterapeuta, un nutricionista y un psicólogo, todos de forma coordinada, eso significa precisamente trabajar de manera holística.
Las terapias centradas en el paciente exigen un análisis funcional, una evaluación y un diseño terapéutico exquisito que debe trabajarse de forma coordinada. El primero que debe conocer que se trabaja de una manera holística es el propio paciente. No puedo decirle “A” a mi médico de cabecera, “B” a mi psicólogo y “C” a mi fisioterapeuta.
Es muy frecuente que en los equipos multidisciplinarios, dentro de los centros de atención, sea el psiquiatra el jefe de unidad, aquel que coordine a todos los demás.
Eso es un error, para mí, siempre tendría que ser el psicólogo el coordinador, siendo el psiquiatra uno más del equipo, porque el psicólogo es el que tiene la visión más holística de todo el equipo. El psicólogo en esta tercera generación se convierte en un coordinador.
¿Cómo se promueve la colaboración entre profesionales, docentes y alumnos dentro de ISEP y más allá?
En primer lugar a través de la revista Bienestar, que saldrá en primavera. Será un espacio en el que podrán publicar los diferentes perfiles de ISEP: los profesores, que tendrán un lugar donde mostrar sus investigaciones; y los alumnos, que tendrán la ocasión de publicar los fantásticos trabajos que realizan en la parte final de sus estudios.
La revista Bienestar también tendrá un lugar reservado para los colectivos de estudiantes de psicología que deseen publicar. Ellos nos informan de cuáles son sus necesidades reales, de cuáles son las debilidades de los estudios oficiales y, a cambio, nosotros nos comprometemos patrocinando sus asambleas.
En segundo lugar, a través de grupos de investigación. En el futuro ISEP incorporará dentro de su oferta formativa algunos títulos universitarios o títulos de másters universitarios, por lo que tiene todo el sentido del mundo que se creen estos grupos de investigación.
ISEP se une a Metrodora Education, un grupo educativo especializado en formación de salud y deporte que tiene como principal objetivo acompañar y guiar a las personas que quieren dedicarse profesionalmente a cuidar de los demás. ¿Cómo impulsa Metrodora Education el Instituto Superior de Estudios Psicológicos?
Desde el año 2021 ISEP se ha incorporado al grupo Metrodora Education como Escuela de Formación Superior en salud mental, con otras 21 escuelas vinculadas a la salud, el bienestar y el deporte.
Esa vinculación se realiza en diferentes niveles educativos: desde la formación profesional hasta el grado universitario, pasando por la formación continua e incluso las oposiciones.
Gracias a la vocación de Metrodora Education por convertirse en un referente en la formación de habla hispana en el sector sanitario, hemos logrado integrar otras disciplinas del deporte, la salud y el bienestar dentro de las aulas y de nuestras líneas de trabajo.
Así, podremos ver en clase a otros profesionales dentro del ámbito de la salud, que tienen inquietudes y que también necesitan formarse en salud mental, como por ejemplo profesionales de la enfermería, medicina, fisioterapia o incluso farmacia.
¿Cómo entronca el ISEP de hoy con el ISEP de ayer?
Estamos en pleno tránsito de lo que hemos sido a lo que queremos ser. Estamos creando una nueva narrativa, un nuevo discurso, y nos situamos en un periodo de transformación, crecimiento y de creación de programas nuevos, llegando incluso a profesionalizar departamentos y puestos de trabajo.
Hemos realizado un Plan de Igualdad para nuestros empleados, hemos creado nuevos departamentos como el de Transformación Digital, realizando ese giro hacia las oportunidades que nos dan las nuevas tecnologías.
Hemos creado la Oficina de Relaciones Internacionales, donde seguimos llegando a Latinoamérica desde nuevos proyectos de cooperación internacional, incluso mediante nuevos y renovados proyectos de cooperación internacional.
Finalmente, por ejemplo, también hemos creado el Departamento de Innovación Educativa, que está permanentemente investigando y generando nuevas oportunidades de salidas profesionales para los psicólogos, pedagogos y logopedas.
En la estrategia de ISEP existe un compromiso absoluto con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Cómo colabora el Instituto Superior de Estudios Psicológicos para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
La Agenda 2030 ha sido un objetivo siempre. Y lo ha sido para mi especialmente desde que llegué a la Dirección General. Creo que es un elemento que debemos tener muy presente en todas las organizaciones, pero más todavía aquellos que nos dedicamos a la educación y a la salud.
Por ejemplo, desde el impulso de los días internacionales en los que todos los colectivos se sientan representados, y sientan que por muy minoritarios que sean, tienen su cabida y su atención, hasta entidades, ONGs y asociaciones que vienen a presentarnos sus proyectos de desarrollo, que nos gustan, que les vemos una utilidad y visibilidad y entonces nos convertimos en patrocinadores.
Desde proyectos para prevenir el suicidio, hasta propuestas relacionadas con enfermedades neurodegenerativascomo el Parkinson o el Alzheimer.
Incluso hemos trabajado en proyectos sociales, patrocinando programas de terapia asistida con animales en diferentes colectivos, impulsando escuelas inclusivas, programas vinculados igualmente a la tercera y cuarta edad, y un largo etcétera.
Mira, es más. Creo que muchas entidades han sido para nosotros esenciales a la hora de recibir a nuestros alumnos para que pudieran realizar sus prácticas formativas, por lo que es de recibo devolverles esa generosidad patrocinando y apoyándoles en esos programas, que deben salir adelante para construir un mundo mejor -como lo pretende la Agenda 2030- y que tienen, probablemente, muy poca ayuda institucional.
Ahí, en esa responsabilidad social corporativa, las instituciones privadas damos siempre que nos lo piden un paso al frente, y por ejemplo desde ISEP patrocinamos cada año la gala por la salud mental.
También tenemos un programa importantísimo de becas al que destinamos más de 300.000 euros al año para las personas que quieren estudiar y no tienen recursos para hacerlo. Eso nos posiciona como una escuela con un alto compromiso por no dejar a nadie atrás.
¿Cuáles crees que son los principales retos de las instituciones educativas en los próximos años?
Las instituciones educativas deben dar respuesta real a la sociedad. Por eso es tan necesario que no perdamos de vista esa parte práctica de saber lo que está pasando fuera del aula.
Ese contacto con la realidad que podemos tener a través de nuestros profesores, de nuestros centros de prácticas y de nosotros mismos, que estamos en activo, es lo que nos da la realidad de lo que los centros educativos deben ofrecer. Somos una sociedad nueva, con retos nuevos y seríamos unos ilusos si no nos adaptáramos a eso.
La sociedad ha cambiado muchísimo después de la pandemia. Las generaciones de hoy tienen muy poca paciencia: son los de “lo quiero y lo tengo”. Así pues, las escuelas deben adaptarse a nuevas formas de enseñar porque existen nuevas formas de aprender.
El cuerpo docente de ISEP tiene el reto de adaptar, no solamente los contenidos de clase, sino también la manera de presentarlos para captar su atención y motivarles.
A los estudiantes ya no les motiva lo mismo que les motivaba hace 10 años, ni hace cinco. Por tanto, los profesores deben tener esa capacidad de captar la atención del alumno y de emocionarles de manera que lo que ven en clase o en las prácticas realmente les deje huella y les sirva.
Esta nueva generación quiere ver contenidos útiles. Y deben ver la utilidad de una manera inmediata, por eso es importante, y en nuestro caso lo hacemos, permitirles hacer prácticas desde el primer día.
Debemos estar por encima de sus expectativas siempre. Trabajamos el factor sorpresa, porque como están tan de vuelta de todo, nos cuesta mucho sorprenderles. Por eso intentamos ofrecerles contenidos innovadores.
Así ellos se sienten también que son protagonistas de su aprendizaje, que no son sujetos pasivos, sino que participan en ese aprendizaje constructivista que veíamos en la generación de los 90 y que hoy reutilizamos renovando el discurso para emocionarlos.
¿Cuál es el proceso de regeneración o reestructuración de este nuevo ISEP?
En relación a todo el equipo de profesionales que trabaja en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos, sigo proyectando lo que hemos realizado años atrás, que es cantera.
Cuando termine este curso académico que empieza, tendremos más de 40.000 egresados (titulados y diplomados). Como ocurre en cada promoción, algunos se convierten en lo que hoy son nuestros docentes, y hemos tenido la enorme suerte de tener hasta tres generaciones de profesores expertos en psicología, que un día fueron alumnos nuestros, y hoy son grandes profesionales y referentes en la psicología.
Pienso por ejemplo en los doctores de Psicología Joan Deus y Raúl Espert Tortajada, que fueron alumnos nuestros. Como segunda generación pienso en Olga García o Chema (José María Ruiz).
No me puedo olvidar de lo más importante que tiene una escuela: su personal; el equipo humano que forma parte de ISEP. Puedo decir con orgullo que nuestro equipo está formado por muchos antiguos alumnos en los principales puestos de dirección.
Es el caso de la Directora de Producto y Proyectos Formativos, Maribí Pereira, hasta el Jefe de Estudios de ISEP en Barcelona, David Serrano. Pienso también en la Jefa de Estudios en lSEP Madrid, que es Pamela Guzmán, y en el Subdirector General de ISEP, Ruben Monmany.
El director de la Unidad Clínica en Barcelona, Óscar Asorey, también fue alumno en su día. O la madrina del acto de graduación de nuestra promoción, Carme Crespo, también lo fue.
¿Qué tiene de especial la experiencia de los alumnos que pasan por ISEP?
Yo creo que lo más especial es que respondemos a las expectativas de los alumnos. Siempre, cuando iniciamos el año académico, yo les digo:
“Mirad: pocas veces en la vida tendréis la oportunidad de estar compartiendo tiempo y espacio con profesionales que, como vosotros, tiene vocación y pasión por lo que hacen. Así que, os lo pido por favor, aprovechadlo al máximo, porque nunca más en la vida encontraréis tantos profesionales y colegas de profesión de diferentes países y de diferentes ámbitos de intervención”.
Creo que eso es lo que les hace sentirse especiales cuando estudian en ISEP. Sienten que están en un ambiente muy profesional, no universitario, sino en un ambiente de trabajo profesional. Creo que se sienten psicólogos y acompañados de psicólogos desde el primer día. Y eso es importante.
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