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La importancia del apoyo familiar en el tratamiento del trastorno bipolar: una guía para cuidadores y allegados

La importancia del apoyo familiar en el tratamiento del trastorno bipolar: una guía para cuidadores y allegados

De todos los diagnósticos psicológicos y psiquiátricos que a diario nos vistan en las consultas de salud mental el trastorno bipolar es, probablemente, el más desconocido y también el más estigmatizado. Los profesionales lo advierten, los pacientes lo sufren directamente y sus familias se enfrentan, tristemente, a una serie de dificultades añadidas que son absolutamente innecesarias.

Dada la incomprensión del trastorno y la frecuente ambigüedad de sus síntomas, son alrededor de 7 los años que un paciente con trastorno bipolar tarda en ser diagnosticado. Demasiados años de vulnerabilidad e incersaludtidumbre. Demasiados años en riesgo. Porque el paciente bipolar no está desequilibrado, no es incapaz y no es dañino para los demás y su entorno más cercano. Hablemos claro: los episodios maníacos o pseudomaníacos conllevan los riesgos más obvios, pero el paciente bipolar vive eminentemente bajo el yugo del prisma depresivo y es uno de los que mayores riesgos corre de quitarse la vida. Si a alguien puede dañar el diagnóstico de bipolaridad es a quien lo padece. Por desgracia, por irracional que sea, si alguien sufre el peso de la culpa es precisamente el paciente. Y, si alguien experimenta el peso de la responsabilidad, es precisamente la familia del paciente.

Una vez recibido el diagnóstico, sobre esa familia recaen la inmensa mayor parte de los compromisos, tareas y cometidos relacionados con el cuidado del paciente. Sabemos, exactamente igual que sucede con el abanico de trastornos psicóticos, que el concepto de emoción expresada -que también depende casi estrictamente del entorno familiar- es una de las principales variables a tener en cuenta a la hora de valorar el riesgo de una recaída. La familia forma parte esencial del plan de emergencia, la familia se convierte en el contacto estrella en el plan de seguridad y la familia es la bisagra sobre la cual se deposita la carga de promover la adhesión terapéutica al tratamiento.

Los familiares, los grandes necesitados

Trabajar con las familias de los pacientes con diagnóstico de bipolaridad es un requisito imprescindible para proporcionar la mejor atención posible a nuestros pacientes. Los familiares son los grandes demandados (o, incluso, exigidos) pero, al mismo tiempo, los grandes olvidados. Los familiares son, en definitiva, los grandes necesitados, en todos los sentidos.

¿Qué es lo que requieren los allegados de un paciente con diagnóstico de trastorno bipolar? ¿Cuáles son sus necesidades reales? La respuesta es “todas”. Lo necesitan todo y requieren de toda nuestra atención. Necesitan entender, necesitan conocer, necesitan poder anticiparse a las circunstancias del día a día, necesitan guías y pautas. Sobre todas las cosas, necesitan aprender a hacer algo tremendamente complicado: balancear el equilibrio entre lo que le piden al paciente y lo que le “exigen” que afronte y supere, para no abrumarle con las cargas, pero tampoco instalarle e incapacitarle en su diagnóstico; balancear el equilibrio tan delicado entre los deseos y voluntades que uno tiene desde el amor y las expectativas que no tiene más remedio que ajustar.

En parte, y sin restarle ningún tipo de mérito a nuestro paciente –protagonista indiscutible de sus esfuerzos y de los cambios que pueda introducir en su día a día– el éxito de nuestro acompañamiento terapéutico depende, en gran medida, de la voluntad y la colaboración por parte del entorno del paciente. Cuánto hemos de agradecerles a ellos…  Y cuanto más eficaz resulta nuestro trabajo si contamos con su inestimable apoyo.

 

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Acerca del autor:

Ana Villarrubia
Psicóloga experta en terapia de pareja, especialista en psicoterapia y psicodrama, y máster en Psicología Forense y Valoración del Daño. Actualmente, y desde el año 2012, dirige el centro de psicología 'Aprende a Escucharte', en Madrid. Docente en ISEP en el Máster en Psicología Clínica y de la Salud y en el Máster en Psicoterapia Cognitivo-Conductual.

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