La muerte por suicidio no deja de aumentar desde la pandemia, especialmente en chicas jóvenes. La ideación suicida en adolescentes es un fenómeno invisibilizado, pero las cifras hablan por sí solas y nos muestran una realidad incómoda a nivel humano, social, político y sanitario. De trasfondo, se esconde un malestar y deterioro de la salud mental de los adolescentes, así como un aumento de los factores de riesgo.
Según el INE, en España 14 menores de 15 años se quitaron la vida en 2020, último año con datos. Siete chicos y siete chicas. En la población entre 15 y 29 años los fallecidos por suicidio ese año se disparan a 300.
¿Cómo prevenir el suicidio?
Con motivo a la doble efeméride de esta semana vinculada con los jóvenes -el Día Mundial de la Concienciación sobre la Autolesión y el Día Mundial del Bienestar de los Adolescentes-, varios medios dan voz a Laia Terol, directora del Curso de Experto en Prevención e Intervención en Suicidio, de ISEP.
“Este escenario requiere contar, por una parte, con un plan nacional de prevención del suicidio y con planes autonómicos, con estrategias individuales, por colectivos y comunitarias; y, por otra parte, con un sólido compromiso con la formación de profesionales para la adecuada intervención en personas con conductas suicidas y supervivientes”, afirma Terol.
Para prevenir el suicidio, Terol añade que “se necesita una perspectiva interdisciplinar y una mirada integradora, que aglutine diferentes profesiones y disciplinas. Además, poder contar con la experiencia de quienes sobreviven es de vital importancia en la prevención e intervención en la conducta suicida”.
Con el objetivo de contribuir a la mejora de la prevención, la intervención y la asistencia a supervivientes y familias, en relación con el suicidio, ISEP lanzó en enero el Curso de Experto en Prevención e Intervención en Suicidio, dirigido a profesionales del sector sanitario que deseen especializarse.
Factores de riesgo
Habitualmente, las causas que se esconden detrás de este tipo de muerte inesperada y demasiado precoz son multicausales: dificultades familiares, accidentes biográficos, desencadenantes recientes, pero también la incidencia de las redes sociales, que operan como una cámara de eco de los temores y angustias de los adolescentes.
Así mismo, el bullying y el ciberbullying actúan como claros factores de riesgo. Según datos de Save the Children, para un adolescente el hecho de estar involucrado en situaciones de violencia, ya sea de pareja o familiar, acoso escolar o ciberbullying, como víctima o agresor, se ha descrito como un importante factor de riesgo para la conducta suicida.
Sobre la base de esta necesidad, ISEP ha diseñado el Curso de Experto en Prevención e Intervención en Acoso Escolar, que busca abordar esta problemática desde sus múltiples esferas de actuación (psicológica, jurídica y social).
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