Hablamos con Mercedes Alvarado, psicooncóloga en el Servicio de Oncohematología del Hospital La Fe de Valencia y en el Asleuval (Asociación Valenciana de leucemia, linfoma y mieloma), y docente del Máster de Psicooncología y Cuidados Paliativos en ISEP.
P. ¿En qué momento comienza la intervención del psicooncólogo?
R. En el caso de los profesionales que trabajamos en los hospitales, lo idóneo es que la intervención comience en el momento del diagnóstico con la evaluación del estado emocional del paciente, el significado que da a la enfermedad, sus habilidades de afrontamiento, historia clínica y familiar, etc. Con estos datos podemos hacer una primera aproximación psicosocial de sus necesidades y empezar la intervención psicológica o derivar a otros profesionales como los trabajadores sociales. Estas necesidades van a ir evolucionando y cambiando a lo largo de todo el proceso, por lo que es necesario hacer un seguimiento continuado de cada paciente.
Aun así, desgraciadamente, muchos de los pacientes de recién diagnóstico no llegan a nuestras consultas en ese momento, ya que, en muchos hospitales públicos, los protocolos de atención no contemplan esta primera intervención del psicooncólogo y el paciente es derivado solo si lo solicita.
P. ¿Todos los pacientes con cáncer necesitan apoyo psicológico? ¿Cómo saber si un paciente de cáncer necesita la atención de un psicólogo? ¿Cuál es el procedimiento?
R. Si hablamos de “apoyo” entonces definitivamente sí. El paciente oncológico va a estar inmerso normalmente en un proceso terapéutico largo, con bastantes efectos secundarios y sometido a mucha incertidumbre que va a hacer que necesite todo el apoyo posible para gestionar todas estas situaciones y las emociones derivadas de ellas.
Si hablamos de atención psicológica como intervención, entonces no todos los pacientes lo van a necesitar, esto va a depender de como el paciente gestione sus emociones frente a los retos que va a tener que afrontar. Evaluamos que un paciente necesita intervención psicológica cuando sus emociones y conductas interfieren con su bienestar global, con su calidad de vida, la adherencia a los tratamientos o bien cuando diagnosticamos algún trastorno emocional como un trastorno de ansiedad o un trastorno depresivo, entre otros.
P. ¿Actualmente la psicología forma una parte integral del tratamiento oncológico?
R. En estos momentos todos tenemos asumido que es una parte fundamental de la atención al paciente oncológico. Desde mi punto de vista, la atención psicológica es lo que marca la diferencia entre ver al enfermo como un conjunto de síntomas a verlo como un ser humano enfrentado al sufrimiento.
El sufrimiento forma parte de la experiencia oncológica y no tiene siempre que ver con el dolor físico, los vómitos o la fatiga, sino con el significado que el enfermo le atribuya. Es, en este ámbito, donde cobra relevancia el papel de la psicología, ya que este malestar emocional clínico puede derivar en trastornos psicopatológicos, ansiedad o depresión, fundamentalmente, en más de un 30% de los pacientes oncológicos.
P. ¿La figura del psicooncólogo está extendida en los hospitales del sistema público de España?
R. En España, la atención psicológica se contempla como principal objetivo en el capítulo sobre Calidad de Vida en la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud (ENC; en su primera versión del 2006 y la actualización realizada en 2010). Según este capítulo, un modelo de calidad de atención en cáncer debe proporcionar atención psicológica tanto a pacientes como a los familiares que lo precisen. Además, se recomienda realizar un estudio de las características de la atención psicológica prestada.
Sin embargo, estos planes nacionales terminan por no materializarse al ser competencia autonómica la sanidad pública y tener en cada comunidad una planificación diferente, la mayor parte de las veces no normativa. Así que, si nos atenemos a la realidad existente, la figura del psicooncólogo no está extendida lo suficiente.
P. ¿Cree que está bien cubierta la atención psicooncológica en España?
R. Según un estudio de “Necesidades no clínicas de los pacientes con cáncer y acompañantes en España: una visión multidisciplinar” (julio 2018), se señala que la oferta de atención psicológica es escasa. De cara a la próxima actualización de la Estrategia en Cáncer del SNS, diversas asociaciones de pacientes han propuesto la inclusión de la atención psicológica dentro del capítulo sobre asistencia al adulto con cáncer para que se integre como un elemento más de la atención sanitaria integral y multidisciplinar, y no separado en otro capítulo, haciendo extensiva esta atención también a los familiares.
En estos momentos la realidad es que en muchos hospitales públicos la asistencia psicológica al enfermo oncológico está financiada por diversas asociaciones de pacientes, como es el caso de Asleuval (asociación de pacientes de leucemia, linfoma y mieloma de Valencia) o la AECC. Gracias a asociaciones de pacientes como estas podemos decir que tenemos unos mínimos, pero queda mucho trabajo por hacer.
P. ¿Cuáles son los retos para la psicooncología en la actualidad?
R. Pues muchísimos todavía. Para empezar, implementar la figura del psicooncólogo de forma normativa en todo el SNS y que a los psicooncólogos que llevamos años trabajando en este campo se nos reconozca. También hay que aumentar el número de profesionales en todos los hospitales, puesto que muchas veces estamos desbordados.
Por otro lado, la falta de una normativa clara dificulta la integración del psicooncólogo en los equipos multidisciplinares oncológicos. No obstante, tenemos mucho que decir con respecto a qué decisiones pueden ser las más adecuadas para lograr una mejor calidad de vida de ese paciente.
P. ¿Hay alguna peculiaridad en la atención psicológica referente al cáncer de mama?
R. Si, ya que, en el cáncer de mama, además de las reacciones emocionales que podemos considerar “normales”, debemos de sumar el impacto psicológico que la mastectomía puede causar en la paciente. La pérdida de la mama acarrea conflictos relacionados con la autoestima y el autoconcepto de la mujer, puesto que los senos culturalmente son concebidos como símbolo de femineidad y atractivo sexual.
Ante la mastectomía se producen sentimientos de pérdida, mutilación y desvalorización de la imagen corporal, entre otros, que podemos asociar a emociones como la frustración, tristeza, enojo y unos mayores índices de ansiedad y depresión. Al mismo tiempo, a nivel conductual, también hay comportamientos desadaptativos como la evitación de relaciones sociales, el rechazo a la propia imagen, cambios en el estilo de ropa y dificultades en las relaciones sexuales y de pareja.
P. ¿Cómo se protege y cuida un profesional que es el cuidador de los pacientes con cáncer?
R. Evidentemente, los psicólogos, como cualquier ser humano, somos vulnerables al sufrimiento de nuestros pacientes y sus familias y, a veces, no resulta fácil mantener la distancia emocional adecuada para poder prestarles la ayuda necesaria. El paciente no necesita que lloremos con él, necesita herramientas para poder afrontar los retos de este proceso.
P. ¿Cuáles son las variables psicosociales para la prevención del cáncer y para la adaptación al proceso oncológico?
R. En cuanto a la prevención, todos los programas de detección temprana mediante cribados masivos están siendo sumamente efectivos para diagnosticar en estadios más tempranos la enfermedad, lo que repercute en un mejor pronostico. Ejemplos de estos programas son las recogidas de muestras para la detección de cáncer de colon o las mamografías periódicas a partir de los 40 años.
Por otro lado, los programas que inciden en la prevención mediante el cambio de conductas de riesgo -como el tabaco y el alcohol- también son efectivos a medio plazo, aunque se sigue trabajando para que el mensaje cale más en la sociedad.
En cuanto a las variables asociadas a una mejor adaptación al cáncer, podríamos decir que como variables internas o psicológicas estarían la propia historia del paciente, el significado que tiene para ese paciente, la enfermedad, las atribuciones acerca del cáncer, sus estrategias de afrontamiento y la vulnerabilidad percibida entre otras. En el lado social, variables como el apoyo familiar y social percibido, el estatus económico y la relación que se establezca con el personal médico y enfermería, van a ser claves para una mejor adaptación.
P. Actualmente, hay proyectos innovadores orientados a promover el bienestar en el cáncer mediante el uso de nuevas tecnologías aplicadas en psicooncología. ¿Podrías explicarnos más sobre este tema?
R. Hay diversas plataformas que están desarrollando soluciones online tanto para la educación de los pacientes, la intervención en determinados aspectos o incluso la detección de los estados emocionales. También hay varias Apps actualmente para la práctica del mindfulness orientadas al paciente oncológico que nos sirven para trabajar con ellos determinados aspectos.
Otra de las tecnologías con las que también se ha experimentado en pacientes oncológicos son los programas de realidad virtual, que algunos estudios han demostrado ser más efectivos para el control de síntomas que la medicación.
Creo que hay que abrir la mente a estas soluciones teniendo claro que son ayudas que pueden complementar, pero no sustituir a los profesionales encargados de los diferentes aspectos de la salud del paciente oncológico.
Si estás interesado en desarrollarte profesionalmente en este campo, no dudes en consultar nuestro Máster en Psicooncología y Cuidados Paliativos.