Hace muchos años ya, que soy logopeda y otros más que me especialicé en Rehabilitación de la Voz, precisamente en ISEP. Me encantaba y lo hice con muchísimas ganas. Pero una vez me puse a trabajar, me di cuenta de que las personas, en general, le daban poca importancia a su voz, excepto en aquellos casos en que era una herramienta para su trabajo y llegaba a situaciones críticas de disfonías.
Los problemas de voz y su tratamiento profesional
Así que, en un principio, tenía pocos pacientes. Pero con los años, las consultas por problemas en la voz, se iban incrementando, sobre todo en aquellos casos que habían consultado un otorrino y les recomendaba una intervención quirúrgica seguida de rehabilitación logopédica (lástima que no recomendaran también que nos consultaran antes de dicha intervención).
Con el tiempo esto ha cambiado y son muchos los pacientes que acuden derivados antes de cirugía, o por si se la pueden ahorrar. Cada vez son más los profesionales que dan importancia a una buena reeducación logopédica de la voz y que confían en sus resultados.
Las mascarillas y las patologías en la voz
Y llegados a este punto, en medio de la crisis sanitaria que estamos padeciendo, la mascarilla que tanto nos protege, está provocando patologías en la voz. Para empezar a hablar de este tema, hay que recordar que nuestra voz tiene un gran componente psicológico. Ella es uno de nuestros sellos de identidad, es el reflejo de nuestro estado de ánimo, es el altavoz de nuestra comunicación y aunque no la vemos, ni la oímos como lo hacen los demás, la modulamos, la cambiamos y la proyectamos como nosotros queremos.
Pero ahora, tenemos un obstáculo justo delante de la puerta de salida de nuestro sonido, ¡la mascarilla!.
Además de hacernos perder parte importante de la expresión de la cara (cuando estás delante del paciente, te das cuenta de cuanta información estamos perdiendo), para empezar perdemos parte de la vocalización, que en muchas ocasiones nos puede ayudar a la inteligibilidad en ambientes con un nivel alto de ruido.
Por otro lado, es cierto que, la mascarilla reduce el tono de nuestra voz y que, evidentemente, distorsiona el sonido. ¿Cuántas veces no nos han pedido o hemos pedido que nos repitan lo que han dicho? Esto provoca directamente, que levantemos nuestro volumen continuamente, tanto si es necesario, como si no, ya que al ponernos la mascarilla, damos por sentado, que a nuestro interlocutor le va a costar más entendernos.
Recomendaciones para cuidar la voz
¿Y qué hay que hacer entonces? Para empezar hay que recordar que la gran mayoría de la población, desconoce los hábitos básicos de higiene vocal y de respiración para tener una voz óptima y unas sanas cuerdas vocales. Por ello hay que hacer hincapié en recomendaciones para la voz que pueden parecer obvias, pero que no siempre se tienen en cuenta, como:
- La hidratación: Beber una buena cantidad de agua (2 litros de agua al día aproximadamente) en pequeños sorbos, sobre todo en los momentos en que más utilicemos la voz.
- No gritar y evitar ambientes ruidosos.
- Hablar despacio y vocalizar el máximo posible.
- Descanso: La voz es sensible a la falta de descanso y si notamos que nuestra voz se resiente, si es posible, lo mejor es dejar de hablar.
- Procurar un ambiente o entorno con un nivel óptimo de humidificación, evitando calefacciones o aires acondicionados que tienden a resecar.
La Reeducación para la mejora de la voz
Estos son los hábitos básicos que todos/as deberíamos tener en cuenta e integrar en nuestro día a día. Pero aquellas personas que la voz sea imprescindible para realizar sus tareas laborales, necesitarán una reeducación vocal más minuciosa e individualizada.
Será recomendable una primera visita al otorrino para saber si ya existe alguna lesión en las cuerdas vocales y su orientación profesional.
Después nos tocará a los logopedas hacer un trabajo integral con el paciente, empezando por la respiración, la postura corporal, buscar la comodidad de la voz en su habla, la vocalización y muy importante, una buena proyección. Estos dos últimos puntos, le serán muy útiles a nuestro paciente a la hora de hablar sin gritar, intentando olvidarse de la mascarilla y que su voz viaje mucho más allá de esta.