El juego es una actividad fundamental en la etapa infantil puesto que estimula la acción, la reflexión y la expresión de los niños.
El juego como transmisor del desarrollo evolutivo
De esta manera, los juegos contribuyen al correcto desarrollo mental, físico y social. De igual forma, el juego cobra especial importancia durante los primeros años de vida del niño, puesto que la actividad lúdica es considerada como una de las principales formas de expresión y de comunicación que tienen los más pequeños con su entorno.
Tanta es la relevancia que tiene el juego para el desarrollo evolutivo del niño que se ha acabado convirtiendo en una de las principales herramientas utilizadas por los profesionales de la psicología en el proceso diagnóstico de los niños que acuden a consulta.
Una de las técnicas psicoanalíticas de observación más comunes es la hora del juego diagnóstica, la cual consiste en observar al niño como juega, se relaciona y se comunica con una serie de juguetes proporcionados por el terapeuta. De este modo, en esta sesión de juego, el niño despliega su modo de funcionamiento psíquico evidenciado en su juego ciertas conductas, fantasías, relaciones con objetos…Mientras que, el psicólogo observa la secuencia del niño mientras juega con el objetivo de entender y comprender que es lo que realmente quiere comunicar el niño con el juego que está llevando a cabo.
Cabe resaltar que en la hora del juego diagnóstica, el psicólogo no debe intervenir ni actuar con el niño a menos que este último requiera la participación del terapeuta porque lo solicita verbalmente o porque el niño repite constantemente una acción. En este caso, el psicólogo deberá preguntarle al niño que quiere que haga, de modo que el psicólogo asumirá el rol de mediador de las fantasías del niño (Wieland, 2009).
Análisis e interpretación de la hora del juego diagnóstica
Una vez terminada la sesión, es el momento de transcribir todo lo que ha ocurrido durante la sesión con el fin de establecer un diagnóstico. Con el objetivo de mejorar el análisis de la hora del juego diagnóstica, Ana María Efrón y un equipo de colaboradores elaboraron en 1974, una guía de pautas basada en los siguientes indicativos:
Guía de pautas de la hora del juego diagnóstica
Elección de juguetes y juegos
Se debe observar cual han sido los juguetes con los que el niño ha establecido un primer contacto y valorar si es el adecuado para el momento evolutivo y el conflicto de éste. Igualmente, es necesario analizar la forma en la que el menor se ha aproximado a los juguetes. Según Efrón, existen hasta 7 modalidades de aproximación distintas:
- Distancia: el niño mira el juguete desde cierta distancia pero no consigue acercase.
- Dependiente: el niño espera la indicación del psicólogo para escoger un juguete.
- Evitativa: el menor se aproxima lentamente a los juguetes, en ocasiones haciendo pequeñas pausas.
- Dubitativa: el niño coge y deja los materiales de forma frecuente.
- Irrupción brusca
- Irrupción caótica e impulsiva
- Acercamiento: el niño precisa de cierto tiempo para estructurar el tiempo el campo y luego desarrollar la actividad.
En cuanto al tipo de juego, el psicólogo debe ver si éste tiene una unidad coherente, es decir, que tenga principio, desarrollo y fin, y si su juego durante la sesión se corresponde con el desarrollo evolutivo del niño.
Modalidad de juego
Otro aspecto que debe ser analizado por el psicólogo es el modo como el yo del niño manifiesta su función simbólica. Efrón y otros colaboradores, consideran que existen 3 modalidades de juego:
- Plasticidad: se da cuando el niño aplica sus recursos yoicos y muestra de forma plástica su mundo interno.
- Rigidez: surge cuando el niño utiliza determinados mediatizadores en forma exclusiva y predominante para expresar la misma fantasía. Esta modalidad de juego da como resultado un juego monótono y poco creativo.
- Estereotipia y perseveración: aparece cuando el niño juega sólo a un único juego y lo repiten a lo largo de toda la hora de juego diagnóstica.
Personificación
Este indicador permite al psicólogo ver la capacidad que tiene el niño a la hora de asumir y adjudicar roles en forma dramática. Al analizar esta personificación, se puede evaluar la calidad de las identificaciones para conocer así cuál es la relación entre el superyó, el ello y la realidad del niño.
Motricidad
El terapeuta debe estudiar si el desarrollo psicomotriz del niño es adecuado a la etapa evolutiva en la que éste se encuentra o si por el contrario presenta alguna disfuncionalidad. Algunos de los aspectos que se pueden tenerse en cuenta son el desplazamiento geográfico, la posibilidad de encaje, la prensión y el manejo, la alternancia de miembros, la lateralidad, los movimientos voluntarios e involuntarios, los movimientos bizarros, el ritmo del movimiento, la hiperquinesia, la hipoquinesia y la ductilidad.
Creatividad
Se debe examinar si el niño es capaz de unir o relacionar diferentes juguetes para crear un juego nuevo y distinto.
Capacidad simbólica
En este caso, el psicólogo debe considerar si la riqueza expresiva del niño del niño y su capacidad intelectual se adecúan al desarrollo evolutivo del niño, para saber si el niño, a través de objetos suficientemente alejados del conflicto primitivo, logra que en el juego emerjan sus fantasías inconscientes.
Tolerancia a la frustración
Con este indicativo se puede ver, no sólo la capacidad del niño de aceptar la consigna con las limitaciones que ésta impone, si no que también permite conocer la reacción que tiene el niño a la hora de enfrentarse a las dificultades propias que se van presentando durante la sesión.
Adecuación a la realidad
Finalmente, el psicólogo debe evaluar las capacidades yoicas del niño a la hora de aceptar las condiciones de roles, espacio, tiempo, límites… que se presentan a lo largo de la hora del juego diagnóstico.