El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una enfermedad cerebral que afecta el comportamiento, comunicación, interacción social, así como patrones de conducta restringidos y repetitivos.
El término “espectro” hace referencia a una amplia lista de tipos y gravedad de síntomas de este trastorno.
El TEA se puede detectar a cualquier edad, sin embargo, la mayor parte de los casos son diagnosticados durante los dos primeros años de vida, por eso es conocido como un trastorno del desarrollo.
Síntomas del Trastorno del Espectro Autista
Uno de los principales síntomas es la falta de contacto visual, es decir, no son capaces de mantener la mirada fija en otra persona o no miran los objetos que les señalan, ni suelen señalarlos para que otros miren lo mismo que ellos.
Quienes padecen TEA prefieren que no se les abrace o hacerlo solo cuando ellos están dispuestos. Hay que recordar que tienen reacciones poco habituales, como desesperación, agresión o miedo a acciones como el tacto y aspectos como los olores y sonidos.
También es común que no respondan a los llamados, parecen estar conscientes de que les hablan pero no responden. Tampoco reaccionan a los gestos que le hacen, y tienen dificultades para comprender los sentimientos de otras personas así como hablar de los suyos.
De esta manera, afecta su comunicación e interacción social, pues no responden de la manera común o lógica a la que estamos acostumbrados. Una persona con TEA no demuestra empatía y prefiere la soledad, por lo que hacer amigos en su menor preocupación.
Tratamiento para el Trastorno del Espectro Autista
Actualmente, no existe una cura para el Trastorno de Espectro Autista, pero sí un tratamiento que les da a los pacientes una mejor calidad de vida, y que los ayuda a incorporarse a la sociedad.
El tratamiento de elección para quienes padecen TEA es un tratamiento psicopedagógico, que es aplicado en ambientes naturales.
Hay otros tratamientos en edad escolar que incluyen terapias cognitivas y conductuales que tratan las dificultades cognitivas, de habilidades sociales y de comunicación.
Los tratamientos se deben continuar de por vida, y se incluyen en el área escolar, familiar, individual y grupal, así como en la formación e incorporación laboral.