La disfunción sexual más común entre las mujeres es la ausencia de deseo sexual, una problemática cuya etiología es compleja ya que abarca tanto elementos biológicos como psicológicos y sociales.
Se estima que cerca de un 40% de las mujeres pueden verse afectadas por esta falta o reducción significativa de interés sexual o de excitación, dando paso así a un Trastorno de Interés/Excitación Sexual Femenina que, según el DSM-5, se manifiesta por al menos tres de las siguientes características:
Características del Trastorno de excitación sexual
- Ausencia o reducción del interés en la actividad sexual.
- Ausencia o reducción de pensamientos o fantasías sexuales o eróticas.
- Ausencia o reducción de la iniciación de la actividad sexual y poca receptividad frente a los intentos de la pareja por iniciar.
- Ausencia o reducción de la excitación o del placer sexual durante la actividad sexual en aproximadamente el 75-100% de los encuentros sexuales.
- Ausencia o reducción del interés o excitación sexual en respuesta a cualquier señal sexual o erótica interna o externa ya sea escrita, verbal o visual.
- Ausencia o reducción de las sensaciones genitales o no genitales ausentes o reducidas durante la actividad sexual en el 75-100% los encuentros sexuales.
Ante estos casos, las parejas pueden acudir a terapia sexual con el objetivo de mejorar no sólo las relaciones de intimidad y de pareja, sino de trabajar la capacidad de sentir placer y de potenciar la excitación, desarrollando así un estilo sexual satisfactorio y confortable, donde las personas sean capaces de experimentar deseo, excitación, orgasmo y satisfacción emocional.
Focalización sensorial, técnica estrella en terapia sexual
Una de las técnicas más usadas para tratar las disfunciones sexuales es la focalización sensorial, una técnica desarrollada por los sexólogos Masters y Johnson, la cual busca que la persona con bajo deseo sexual se exponga de manera gradual a situaciones sensuales y sexuales con su pareja.
El objetivo principal de la focalización sensorial es que ambos miembros de la pareja identifiquen y tomen conciencia de sus propias sensaciones corporales, para poder así, aumentar el disfrute con la estimulación y aprender a estimular de forma placentera a su pareja.
De esta manera, lo que se consigue es que los miembros de la pareja disminuyan de forma progresiva su ansiedad ante las situaciones sexuales, al mismo tiempo que se mejora la comunicación, la intimidad y la confianza entre ellos.
Aplicación de focalización sensorial
Así pues, la técnica de la focalización sensorial se aplica en pareja y se centra en la estimulación alternada del cuerpo y las caricias mutuas entre ambos miembros de la pareja, eludiendo la penetración.
Para ello, el terapeuta invita a los miembros de la pareja a que escojan al menos tres veces por semana, momentos en los que generar un entorno cómodo e íntimo, dónde no haya prisas ni interrupciones, para que ambos se dediquen a acariciarse y estimularse las distintas partes del cuerpo.
El fin de las caricias únicamente es aumentar la respuesta sexual, de modo que la única preocupación que debe tener la pareja en ese momento es prestar especial atención a sus sensaciones corporales y a las de su pareja, y disfrutar sin preocuparse por la erección, la penetración o el orgasmo.
Fases de la focalización sensorial
Asimismo, esta técnica de focalización sensorial consta de las siguientes fases:
Focalización sensorial – Fase 1
En un espacio y ambiente adecuados, un miembro de la pareja debe o bien taparse los ojos o bien mantenerlos cerrados, mientras el otro miembro de la pareja explora con sus manos el cuerpo del otro evitando los senos y los genitales. Luego, se deberán intercambiar posiciones para el que otro miembro de la pareja también pueda experimentar estas sensaciones.
En esta fase, no está permitido hablar a excepción de que haya algo que provoque rechazo o dolor, pues el objetivo de este primer encuentro es conectar con el propio placer y hacer que poco a poco se disminuya la sensación de ansiedad que puede provocar el acercamiento del otro miembro de la pareja.
Al terminar, ambos miembros de la pareja deben comunicar las sensaciones que han experimentado, así como el grado de excitación causado. También es conveniente expresar los deseos y establecer cierta negociación para seguir avanzando.
Focalización sensorial – Fase 2
Cuando las caricias ya resulten placenteras y no causen ansiedad, se puede pasar a la segunda fase de está técnica, la cual será igual que la fase 1 pero, en este caso, ya se incluirán los senos y los genitales.
El objetivo de esta segunda fase es seguir explorando el cuerpo de la pareja y disfrutar de las caricias sin centrarse en los genitales.
Focalización sensorial – Fase 3
La tercera y última fase de la técnica de focalización sensorial incluye todas las caricias anteriores y, en caso que, ambos miembros de la pareja estén excitados, se puede realizar el coito.
En este caso, la mujer sería la que estaría arriba y la que guiaría el pene del varón hacia su vagina, realizando la penetración.
Primeramente, la mujer acerca el pene a la entrada de la vagina, jugando y manteniendo la mente en clave erótica. En caso de que no haya ansiedad, se introducirá el pene poco a poco, y se quedarán quietos unos instantes. Posteriormente, se empezarán a moverse de adelante hacía atrás o en círculo de forma muy lenta. Finalmente, se combinarán los movimientos anteriores con los de penetración.