En el post de hoy queremos hablaros sobre la rehabilitación neuropsicológica de las funciones ejecutivas, cómo hacer una evaluación de las mismas y mucho más.
Funciones ejecutivas, ¿qué son?
El término de “funciones ejecutivas” hace referencia al trabajo coordinado de diferentes procesos cerebrales (pensamientos, emociones y acciones) que permiten al individuo ser resolutivo frente a determinadas situaciones. Es decir, se trata de habilidades cognitivas indispensables para el día a día de cualquier persona ya que son las encargadas de la toma de decisiones, la priorización de tareas, la adaptación a los cambios, la resolución de problemas, el autocontrol o la autorregulación, entre otros.
¿Qué ocurre ante alteraciones de las funciones ejecutivas?
Sin embargo, tras sufrir un Daño Cerebral Adquirido, estas funciones suelen verse alteradas tanto a nivel cognitivo, emocional como conductual. Es en estos casos, cuando las personas con Daño Cerebral Adquirido suelen iniciar un proceso de rehabilitación neuropsicológica, el cual pretende evaluar y tratar los déficits cognitivos de las funciones que se han visto dañadas con dicha lesión cerebral con el objetivo que el paciente alcance el máximo grado de autonomía posible.
Así pues, dependiendo de la región cerebral afectada por la lesión cerebral, las alteraciones en las funciones ejecutivas variaran.
Lesión del Córtex prefrontal dorsolateral y las funciones ejecutivas
Si la lesión se da en el área del córtex prefrontal dorsolateral, las funciones ejecutivas que se verán alteradas serán la memoria de trabajo, la planificación, la secuenciación y la flexibilidad cognitiva.
Lesión del Córtex prefrontal orbitolateral y las funciones ejecutivas
En caso que el daño sea el córtex prefrontal orbitolateral el que se haya visto afectado, será tanto el procesamiento emocional como la capacidad de la persona para regular su conducta, los que se verán alterados.
Lesión del Córtex cingulado anterior y las funciones ejecutivas
En último lugar, si el daño se produce en el córtex cingulado anterior, la alteración se dará en aspectos relacionados con la monitorización de la conducta y en la reevaluación de esta, es decir, en la capacidad de tomar conciencia y valorar el resultado obtenido.
¿Cómo hacer la evaluación neurológica de las funciones ejecutivas?
Aunque no existe un modelo explicativo unitario respecto a los instrumentos existentes para realizar una evaluación de las funciones ejecutivas, en 2017 el neuropsicólogo Javier Tirapu propuso un modelo basado en el análisis factorial de un total de 9 procesos ejecutivos, los cuales deben seguirse de forma ordenada y jerárquica puesto que, el resultado de uno, tendrá gran influencia en los que le preceden.
- Velocidad de procesamiento: se basa en la cantidad de información que el cerebro es capaz de manejar por unidad de tiempo.
- Memoria de trabajo: hace referencia a la capacidad que tiene la persona para registrar, mantener y manipular información.
- Procesos de inhibición: tiene en cuenta la capacidad de controlar e ignorar las distracciones e interferencias que se dan cuando se está realizando una tarea.
- Fluidez verbal: corresponde a la facultad de acceder a la información semántica mediante estrategias adecuadas.
- Ejecución dual: se basa en la capacidad del paciente de realizar dos tareas simultáneas que impliquen la participación de dos regiones cerebrales distintas como pueden ser la motora y la verbal.
- Flexibilidad cognitiva: se relaciona con la capacidad de generación de hipótesis y alternativas para resolver un problema.
- Planificación: corresponde capacidad de plantear un objetivo, realizar un ensayo mental, aplicar una estrategia y valorar el resultado obtenido.
- Branching: alude a la capacidad de estar realizando una tarea, abandonarla y volver a retomarla en el mismo punto en que se había dejado.
- Toma de decisiones: se refieren al proceso de realizar una elección entre varias alternativas teniendo en cuenta los resultados y las consecuencias de todas ellas.
El proceso de rehabilitación neuropsicológica y su iniciación
Una vez realizada la evaluación neurológica de las funciones ejecutivas, es el momento que el neuropsicólogo, junto con la familia e incluso el propio paciente, se planteen los objetivos que se quieren lograr con la rehabilitación.
En este punto, cabe destacar la importancia que tiene el hecho que los objetivos sean consensuados, realistas y graduales, puesto que de esta forma no solo se aumentará la autoestima del usuario y de la familia, sino que la posibilidad de que éstos se cumplan, también se verá incrementada.
Con los objetivos ya definidos, el neuropsicólogo ya podrá empezar a plantear cómo será el proceso de rehabilitación neuropsicológica que seguirá el paciente para alcanzar sus objetivos.
Elementos importantes en la rehabilitación neuropsicológica
Según Juan Carlos Arango, existen los siguientes elementos que se deben tener en cuenta a la hora de plantear la rehabilitación neuropsicológica:
- Limitar de la cantidad de estímulos, de modo que se empiece trabajando con una cantidad de información reducida y que poco a poco se vaya incorporando nueva información.
- Disponer de ayudas externas que contribuyan a la consecución de los objetivos de rehabilitación planteados.
- Ensayar los pasos a seguir para hacer una determinada actividad y que el paciente pueda tenerlos por escrito con el fin de poderlos consultar mientras realiza la actividad y que posteriormente, la pueda repetir de forma autónoma.
- Entrenarse en autoinstrucciones, de manera que, sea el mismo paciente quién se pueda ir guiando a sí mismo durante la actividad.
Estrategias de rehabilitación neuropsicológica
Las estrategias que se pueden usar en un proceso de rehabilitación neuropsicologíca son muy variadas, puesto que estas dependerán no solo de las lesiones y alteraciones sufridas por el paciente, sino que también influirán los objetivos previamente establecidos.
Por ejemplo, para incrementar la velocidad de procesamiento, mejorar la memoria de trabajo o estimular la flexibilidad cognitiva, se pueden utilizar ejercicios en papel.
Si por el contrario, se plantea reforzar la toma de decisiones, puede ser una buena alternativa controlar los estímulos, de manera que al inicio las opciones sean más limitadas y luego se vayan incrementando.
Otro ejemplo sería el uso de aplicaciones y plataformas de estimulación cognitiva, las cuales podrían ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva.
Finalmente, para tratar aspectos relacionados con la memoria de trabajo, se pueden usar herramientas de ayuda externa tales como calendarios, alarmas, grabadoras o agendas, entre otras.