Estas últimas semanas, como consecuencia de la situación de confinamiento que se está dando a causa del Cornonavirus / COVID-19, son muchos los profesionales de la psicología que han optado por aprovechar las nuevas tecnologías para poder seguir ofreciendo sus servicios.
Aunque el hecho de usar las nuevas tecnologías en consulta puede parecer algo muy novedoso, no es así, pues éstas ya se llevan utilizando en el ámbito de la salud mental desde hace más de 25 años. Sin embargo, es cierto que cada vez son más los profesionales de la psicología que se decantan por el uso de las TIC como una herramienta terapéutica más. De este modo, ha emergido la ciberpsicología.
¿Qué es la ciberpsicología?
La ciberpsicología es una nueva disciplina de la psicología que se caracteriza por el uso de cualquier tipo de TIC en consulta psicológica con el objetivo de mejorar los procesos de atención clínica.
Asimismo, la ciberpsicología se puede dividir en dos grandes grupos en función de su propósito.
Tecnología Positiva
Por un lado, está la tecnología positiva, la cual utiliza las TIC para mejorar tanto la calidad de vida de la población como su bienestar físico o emocional.
La ciberterapia
Por el otro lado, está la ciberterapia, en dónde las TIC son usadas para evaluar, prevenir, monitorizar e incluso tratar un trastorno psicológico.
En cualquier caso, el uso de las nuevas tecnologías en terapia ha sido avalado por varios estudios, ya que se ha demostrado que cuando se utiliza algún tipo de tecnología en terapia, se puede llegar a incrementar tanto la eficacia como la eficiencia de la misma.
Sin embargo, en este punto Iván Alsina, docente del Máster en Terapias de Tercera Generación y Aplicación de las Nuevas Tecnologías, nos cuenta que existen una serie de aspectos básicos que se deben tener en cuenta a la hora de utilizar las nuevas tecnologías en el ámbito psicológico.
Cumplir requerimientos básicos para ejercer como psicólogo
Al igual que ocurre con las consultas presenciales, el terapeuta que lleva a cabo la sesión no únicamente debe poseer el título que le acredite para ejercer como psicólogo, sino que además debe cumplir con los requisitos fiscales correspondientes a su actividad y que el servicio que ofrece esté inscrito en el registro general de centros, establecimientos y servicios sanitarios.
Disponer de conocimientos y habilidades psicoterapéuticas
Más allá de disponer del título para ejercer como psicólogo, es indispensable que el terapeuta tengan conocimientos sobre tratamientos basados en la evidencia, puesto que la utilización de las nuevas tecnologías en consulta, no supone un cambio de paradigma, sino que únicamente consiste en introducir herramientas tecnológicas dentro de las estrategias y técnicas usadas en el proceso psicológico.
Al mismo tiempo, el psicoterapeuta que realice sesiones online, también debe disponer de buenas competencias y habilidades tanto relacionadas con el ámbito terapéutico (empatía, respeto, escucha activa…) como con el entorno digital (conocimiento de las nuevas tecnologías, desarrollo de contenidos digitales, solución de problemas técnicos…).
Es importante también que los profesionales evalúen y actualicen periódicamente sus competencias profesionales y técnicas ya sea mediante la revisión de bibliografía, la asistencia a sesiones clínicas, la realización de programas formativos… con el fin de examinar las últimas novedades en lo que a evidencias científicas se refiere y poder conocer así qué tipo de intervenciones TIC son las más indicadas en función del trastorno psicológico de cada paciente.
Respetar aspectos legales, éticos y deontológicos de ciberpsicología
El psicólogo debe estar informado y actualizado sobre las medidas necesarias para mantener la protección de los datos, la privacidad y la confidencialidad de los pacientes según lo prescrito en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD, 25 de mayo 2018).
En dicha ley se especifican las normas para mantener la confidencialidad de los datos más sensitivos de los pacientes, mediante el uso de sistemas seguros y encriptados.
Conforme dicta el RGPD, no se recomienda utilizar aplicaciones como Gmail, Dropbox o Skype en el ámbito de la intervención psicológica, puesto que no permiten mantener en la medida de lo necesario la confidencialidad de los datos sensitivos de los pacientes o usuarios.
Consentimiento informado para usar las TIC con los pacientes
Como en todo proceso psicológico, es necesario que el paciente esté informado de todo lo relativo a los servicios que el profesional ofrece. En el caso de las nuevas tecnologías, el psicólogo debe proporcionar una descripción clara y completa de las herramientas que se usarán, cómo se usarán y cuándo. Asimismo, es importante que el paciente saber los beneficios y riesgos que tiene asociado el uso de nuevas tecnologías en su proceso psicológico; así como la posible vulnerabilidad de las aplicaciones usadas entorno a su confidencialidad.
Del mismo modo, el paciente deberá conocer las tarifas del servicio, las formas y los medios de pago, así como las acciones que se llevarán a cabo en caso de cortes o de interrupciones durante la sesión.
Precisa y oportuna la información para los profesionales de la psicologica, que deseamos incursionar en la cyberpsicologia