En esta ocasión os traemos un interesante post que trata la importancia en el manejo del malestar en cuidadores de pacientes con Anorexia Nerviosa.
¿Qué es la anorexia nerviosa?
La anorexia nerviosa (AN) es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por la restricción de la ingesta energética causando un peso corporal bajo en relación a su etapa de desarrollo, miedo intenso a ganar peso con comportamientos persistentes que interfieren con el aumento de peso. En este trastorno, también está presente la percepción errónea de la imagen corporal.
Así pues, la anorexia nerviosa se divide en dos subtipos, la de tipo restrictivo, donde la pérdida de peso se debe a la restricción en la dieta y/o la práctica de ejercicio físico intenso, y la de tipo purgativo, la cual presenta episodios recurrentes de purgas (American Psychiatric Association, 2013).
Cuidadores de pacientes con Anorexia Nerviosa
Dada la sintomatología y severidad de la anorexia nerviosa es este un trastorno con exigencias únicas en los cuidados que necesitan los pacientes. (Pérez et al., 2014). A menudo, los pacientes con anorexia nerviosa requieren de ayuda de un cuidador a nivel económico, instrumental y emocional (Sariñana et al., 2015). Los síntomas de la enfermedad pueden alterar el ámbito social y familiar del cuidador, ya que las/los pacientes con anorexia nerviosa requieren en la mayoría de casos cuidados continuos.
Algunos autores definen al cuidador principal como la persona que atiende en primera instancia las necesidades físicas y emocionales de la persona enferma. Por lo general, lo ejerce el/la esposo/a, padre/madre, o un familiar cercano al paciente (Astudillo & Mendinueta, 2008).
Los cuidadores principales de pacientes con enfermedades crónicas como la anorexia nerviosa pueden experimentar habitualmente agotamiento físico, emocional y mental, que los limita a la hora de brindar el cuidado necesario a la persona que cuidan. Este agotamiento puede desencadenar síntomas de ansiedad, depresión, sentimientos de culpa y/o estrés.
Ser realista ante la Anorexia Nerviosa
Este malestar puede ser desencadenado por expectativas poco realistas sobre la mejoría, cuando los recursos no son suficientes para el tratamiento, por la sobrecarga de responsabilidades, miedo a la dependencia a largo plazo por parte del paciente, la percepción de alto riesgo que conlleva un TCA, sentimientos de culpa por su papel en el desarrollo de la enfermedad. También, hay otros factores como la cantidad de horas en contacto con el paciente y los valores altos de emoción expresada (EE), la EE se refiere a comentarios críticos, hostilidad, sobreimplicación emocional, calidez y comentarios positivos (Anastasiadou, 2014).
Otros estudios muestran que los familiares se acomodan a los rituales y las conductas alimentarias nocivas como un “estilo de vida”, adaptando su rutina y funcionamiento familiar a las exigencias de la patología (Sepúlveda et al., 2009). En los pacientes resistentes y de larga evolución la comunicación familiar gira en torno de los síntomas y en mucho de los casos tienen una actitud sumisa frente a las exigencias de la/el paciente, en especial la figura paterna. Para ver mejorías los padres deben asumir su rol y atreverse a poner límites, lo que puede bajar sus niveles de ansiedad y dar inicio a la recuperación del hijo o la hija y su anorexia nerviosa (Morandé, Graell & Blanco, 2014).
Formación en cuidados de pacientes con Anorexia Nerviosa
Se conoce que aquellos cuidadores que no recibieron información acerca de la anorexia nerviosa y el tratamiento, ni apoyo social, es posible que tengan una peor experiencia con respecto a su rol. Por esto, es importante la formación de los cuidadores para que adquieran habilidades y competencias que puedan ser útiles para mejorar su calidad de vida y prevenir el malestar físico y psicológico.
En el tratamiento de los TCA se debe promover el desarrollo de programas psicoeducativos grupales dirigidos a aumentar la calidad de vida de los cuidadores, lo que a su vez, puede resultar en mayores beneficios para los pacientes de anorexia nerviosa (Gutiérrez et al., 2014).
En un estudio piloto sobre un programa psicoterapéutico para cuidadores de pacientes con TCA se le proporcionó a las familias información sobre la anorexia nerviosa (evolución, sintomatología, entre otros). Además, se pretendía conseguir en las familias los objetivos marcados por el modelo Maudsley, enseñando a los familiares habilidades de comunicación, negociación frente a los síntomas de la enfermedad con el fin de conseguir un afrontamiento mejor adaptado, mejoría en la experiencia como cuidador, tener mayor satisfacción con la situación familiar y mayor sensación de capacidad por parte del cuidador. Al finalizar el estudio los cuidadores presentaron una mejoría, reduciendo sus niveles de estrés y mejorando la percepción de la enfermedad.
La salud de los cuidadores de pacientes con TCA
Para concluir, se debe destacar que muchos de los cuidadores de pacientes con TCA se pueden encontrar en una situación negativa con respecto a su salud en general. Suelen presentar claros síntomas de malestar psicológico como ansiedad, estrés y depresión. Por lo tanto, se ve la necesidad de que el tratamiento para los TCA y, más específico en la anorexia nerviosa, incluya el cuidado para los cuidadores. Prestando la atención adecuada a su estado de salud física y mental.