Uno de los campos de actuación de la psicología forense que más demanda de profesionales está teniendo son los procesos de guardia y custodia. Esto se debe a que, en España, se ha visto incrementado el número de separaciones y divorcios en los que los progenitores no han sido capaces de ponerse de acuerdo.
Los psicólogos forenses y los peritajes e informes
Cuando existen disputas por la guarda y custodia de los menores y el régimen de visitas deben resolverse en los juzgados, el jurista puede reclamar la opinión de un perito psicológico para que determine cuál es la opción más acorde con el interés del menor en cada caso concreto.
Para ello, el psicólogo forense debe realizar un informe pericial psicológico, el cual será redactado después de realizar un peritaje psicológico que permita determinar el estado de salud mental de una persona, evaluar sus secuelas psicológicas y establecer su idoneidad para obtener la guardia y custodia del menor.
¿Qué se evalúa en un peritaje psicológico en caso de divorcio?
El peritaje psicológico para determinar el proceso de guarda y custodia del menor, se basará en una evaluación de los siguientes aspectos:
- Análisis de toda la documentación relacionada con el caso y que permita contrastar los datos referenciados por los informados relevantes para la evaluación (documentos jurídicos o policiales, informes psiquiátricos, informes psicológicos, informes médicos, informes sociales…).
- Exploración directa de las personas implicadas mediante técnicas de observación y entrevistas. En algunos casos también puede ser útil recoger pruebas de psicodiagnóstico y/o realizar visitas domiciliarias o de evaluación en el contexto cotidiano de los informados para obtener una información más detallada.
- Entrevistas con las personas que, o bien, tengan cierta relevancia en el entorno de los informados, o que puedan influir en el curso de las relaciones familiares. Normalmente, las personas a las que se suelen entrevistar son los abuelos, los amigos, la nueva pareja del progenitor…
- Coordinaciones con otros profesionales tales como médicos, maestros u otros psicólogos con los que han estado en contacto los informados con el objetivo de tener en cuenta otros aspectos importantes en la vida diaria del menor.
Propuestas del Psicólogo forense al juez
A partir de aquí, el psicólogo forense debe proponer ante el juez cuál es la mejor solución frente al caso presentado, en función de criterios como:
- El vínculo afectivo existente entre el menor y cada uno de los progenitores, teniendo en cuenta el resto de personas que pueden convivir en los respectivos hogares.
- La aptitud de los progenitores para garantizar el bienestar de los menores de acuerdo a la edad de los mismos.
- La actitud presentada por parte de los progenitores a la hora de cooperar con el otro progenitor y así asegurar la máxima estabilidad para los menores.
- El tiempo dedicado por parte de cada progenitor antes de la ruptura.
- Las tareas ejercidas por cada progenitor para procurar el bienestar de los menores antes de la ruptura.
- La opción expresada por los menores.
- Los posibles acuerdos previos a la ruptura o adoptados antes de iniciarse el proceso judicial.
Es por ello, que el psicólogo forense precisa de una formación especializada en Psicología Forense que le permita adquirir las herramientas y los conocimientos necesarios tanto para elaborar el informe forense como para ratificarlo ante juzgados y tribunales.