La educación emocional es una novedad y un cambio educativo que da voz a algunas exigencias o carencias de la sociedad que no están contempladas en el ámbito escolar.
Este trabajo tiene como objetivo fundamental manifestar la importancia de las emociones y su expresión en edades tempranas. Conocer las emociones que más afectan a nuestros menores y el papel que juega en todo esto la familia, el contexto social y las instituciones educativas.
Por lo tanto, la familia tiene una responsabilidad decisiva en lo que respecta a una óptima evolución psicológica, cognitiva y emocional del menor.
Por este motivo, tener una buena base de desarrollo emocional hará que los pilares de la confianza crezcan de manera segura en los niños, y así ser adultos con capacidad de control emocional y ejercerlo de una correcta manera en sus relaciones sociales y aprendizajes de vida.
Por otra parte, las instituciones docentes están desarrollando programas que ayudan a solventar conflictos relacionados con los sentimientos y las emociones.
Andrea Segarra Gauchía