Presentamos la primera de las dos partes del artículo ‘Trastorno Bipolar en población infantojuvenil‘ realizado por Stephanie Vizuette y María Jesús Rojas. En la primera parte se realizará una introducción al trastorno bipolar y su detección en la infancia, mientras que en la segunda se llevará a cabo una descripción detallada de la sintomatología del trastorno bipolar infantojuvenil.
El trastorno bipolar de inicio en la infancia y adolescencia es una de las patologías de las cuales es complicado encontrar bibliografía especializada. En el área de la atención a la salud mental existe una creciente y gran cantidad de literatura e investigación relevante para la práctica clínica. La lectura de los diferentes artículos y manuales ha fomentado el ejercicio de recopilación y síntesis de la información más significativa de trastorno bipolar en población infantojuvenil.
El trastorno bipolar
Según refiere el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM IV-TR un trastorno bipolar es una enfermedad grave del cerebro también conocida como enfermedad maníaco-depresiva o depresión maníaca. Las personas con trastorno bipolar tienen cambios inusuales en el estado de ánimo. A veces se sienten muy felices y ‘animados’ y son mucho más enérgicos y activos de lo habitual. Esto se llama un episodio maníaco. Otras veces, las personas con trastorno bipolar se sienten muy tristes y ‘deprimidos’, tienen poca energía y son mucho menos activos de lo normal, lo que se conoce como depresión o un episodio depresivo. En ocasiones aparecen síntomas maníacos y depresivos a la vez (lo que se denomina episodio mixto) y finalmente pueden aparecer, síntomas similares a los maniacos, pero de menor duración y gravedad denominados episodios hipomaníacos o síntomas que se parecen a los episodios hipomaníacos que posteriormente cambian a síntomas que se parecen a los depresivos, pero sin llegar a ser tan intensos como los depresivos (ciclotimia).
La bipolaridad en niños
El inicio del trastorno bipolar, en niños y prepúberes, se puede caracterizar tanto por episodios maníacos como depresivos. Pero contrariamente a lo que sucede en los adultos, las alteraciones de humor oscilan con rapidez, pudiendo presentar síntomas de manía y depresión, aunados a irritabilidad permanente. La doctora Amy West y sus colaboradores (West A., 2008), llevaron a cabo un estudio retrospectivo del temperamento del TBP de inicio precoz cuando eran bebés y niños pequeños, indicando que era posible diferenciar a estos niños de los grupos control TDAH y de aquellos saludables, en términos de gravedad de las características temperamentales tempranas: dificultad para dormir, dificultades en el cuidado, llanto excesivo, dificultad para ser consolado, angustia de separación y dificultad para calmarse luego de la separación. De pequeños, antes de los cuatro años, estos niños fueron descritos como menos adaptables, más intensos emocionalmente, más negativos y menos regulados. Según los hallazgos de Luby J. y Belden A., (2008), aunque los preescolares con sintomatología bipolar y aquellos con trastorno depresivo unipolar presentan niveles clínicos de tristeza similares, en los bipolares, estos períodos de tristeza son más prolongados y son significativamente más propensos a presentar síntomas depresivos del tipo: molestia fácil, problemas para dormir, odio hacia sí mismo, temas de muerte en los juegos con exclusión de otros temas, conductas auto lesivas y anhedonia clínicamente significativa, entendida como el no disfrute de actividades lúdicas.
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Si quieres seguir leyendo la segunda parte de este artículo, en la que se describe de forma detallada la sintomatología del trastorno bipolar infantojuvenil, puedes hacerlo aquí.