Con el nuevo año tradicionalmente muchas personas se hacen propósitos para cumplir. Óscar Asorey, coordinador del Máster en Psicología Clínica y de la Salud de ISEP y director de ISEP Clínic Reus y Tarragona, asegura que “hacer propósitos en año nuevo es una manera de orientarnos positivamente, de crear un proyecto vital, que normalmente tienen que ver con pequeñas cosas (hacer deporte, hacer un curso de…, viajar, etc.) y que nos generar una mayor motivación para empezar el año con ilusión”. Pero ¿qué pasa si no se cumplen? Asorey comenta que la mayoría de estas propuestas ya las hemos hecho en anteriores ocasiones y no todas se han podido llevar a buen término. No obstante, “si generamos expectativas muy altas sobre el año nuevo puede aparecer la frustración y la decepción”.
Generalmente las propuestas que hacemos para año nuevo no suelen ser cuestiones imprescindibles, sino que complementan la actividad diaria que ya iniciamos el año anterior. Para no llagar a ese estado de frustración se recomiendan seguir tres consejos:
- Programa actividades que sean posibles dentro de tu disponibilidad (horarios, economía, etc.).
- Que sean propuestas a corto y medio término (son más fáciles de conseguir).
- Que estas actividades sean, por sí mismas y para la propia persona, atractivas, interesantes, motivadoras.
